• Asignatura: Religión
  • Autor: julietarodriguez0615
  • hace 4 años

que es lo que mas te impacta como persona creada por dios????? por favorrrrrrr no se que decir

Respuestas

Respuesta dada por: rperez070405
4

Respuesta:

Que nos creo a su imagen y semejanza, y nos creo con polvo porque polvo somos y en polvo nos convertiremos.

Explicación:

Respuesta dada por: Anónimo
1

Respuesta:

Todos sabemos como hoy, en la época de la ingeniería genética y de la biología celular, la persona humana, , frecuentemente está en cierto sentido, como cosificada, la mayor de las veces reducida a objeto, que puede ser manipulado. El biólogo Muleco, premio Nobel de la medicina, en una conferencia caracteriza bien la reducción del hombre: “Como biólogo – dice él- estoy habituado a mirar al hombre como un complicadísimo enjambre de entidades pequeñísimas. Yo estoy habituado a mirar una célula, o un gen, o una molécula”.

Es esta una visión del hombre que lleva en sí los graves peligros, porque, basada en un biologismo frío, indica, en cierto sentido, “una regresión para el hombre, porque pasa de una especie de plenitud de existencia a un estado que es nada más que un mecanismo, un objeto. Se busca sustituir los construido por el vivido; se tiene una objetivación del hombre por el hombre”.

Pero esta cosificación de la persona humana no está solo en el ámbito científico, es una de las características del deterioro de la sociedad industrializada y secularizada –donde frecuentemente el hombre termina siendo considerado nada más que un diente del engranaje del mecanismo de producción-consumo.

Es necesario, entonces, más que nunca hoy, un profundo cambio radical cultural, “capaz de sacar a nuestra sociedad del materialismo y del subjetivismo y llevarla a descubrir la verdad del hombre y de la vida”, es necesario, un concepto de la persona, que comprenda al hombre en todas sus dimensiones. Y esto urge, sobretodo, porque en el ámbito de la medicina, no obstante que desde hace años empezaron a surgir tendencias de giro, que indican un cierto malestar, una exigencia, casi una nostalgia de una medicina hecha a medida del hombre, que considere a la persona en su unidad pico-físico y espiritual, la necesidad de recuperar el concepto unitario del hombre.

Es necesario hoy hacer una desmitificación de la ciencia y “re humanizarla”: un humanismo científico con una constante respeto por la dignidad de la persona, respeto de su corporeidad, de su espíritu, de su cultura, y que sepa armonizar los valores de la ciencia con los valores de la conciencia de una época en la cual “nacida religiosa, hecha filosofía, la medicina si se desengancha de cada forma de saber y se transforma, en mera tecnología”, que tiende a administrar el cuerpo humano, con todas las consecuencias que puedan derivar en la dignidad y la integridad del hombre.

Su vida es un bien más grande que juntar órganos que funcionan solamente como procesos fisiológicos y bioquímicos: es un evento, un equilibrio de fuerzas constantes, una integración con el ambiente, con la sociedad, con la aceptación de sí mismo y con la visión de un sentido que permita visibilidad a la existencia a nivel espiritual y cualitativo.

Sabemos como la ciencia empírica aún no ha llegado –y quizá, no llegará nunca- a una atendible explicación de los valores insertos en el hombre: la capacidad de discernir y amar, la moralidad, la responsabilidad individual, la capacidad de conseguir la verdad, la creatividad. Por ello una parte importante y central de la experiencia humana si coloca fuera de la ciencia misma. El hombre, de hecho, posee atributos espirituales, morales e inmorales, que no son solamente el resultado de la evolución.

Existe una página en Sir acide, estupenda, esencial, que suscita en mi admiración y estupor, cada tanto la leo.

En ella existe una descripción del hombre, escultora, diría casi descarnada, pero que puede hacer intuir toda la grandeza y la predilección de Dios por esta, su creatura.

Leámosla juntos: “El Señor le entrega a los hombres el dominio de cuanto existe en la tierra.

Según su naturaleza la reviste de fuerza, y la forma a su imagen.

El insufla en cada ser viviente el temor al hombre, porque el hombre domina a las bestias y los pájaros.

Discernimiento, lengua, ojos, orejas y corazón le entrega para su razonamiento.

Allí surge la doctrina y la inteligencia, y le indicó a ellos el bien y el mal.

Puso la mirada en sus corazones para mostrarles la grandeza de su obra.

Por otro lado puso delante de ellos la ciencia y le dio en herencia la ley de la vida.

Y sus ojos contemplaron la grandeza de su gloria, y sus oídos sintieron su voz magnífica.

Les dice: “Cuídense de cada injusticia!” y les da a cada uno preceptos hacia el prójimo” (Sir 17, 1-13).

Por lo tanto el hombre es, a diferencia de las demás, una criatura, dotada de discernimiento y autoconciencia; capaz de amar, sufrir y reír; de comunicar, de dar y recibir a su voluntad; con capacidad de iniciativa, de imaginación y creatividad. Forma parte de la construcción y ordenamiento del mundo; está abierto a las cosas y con su inteligencia puede penetrar con mayor profundidad en el conocimiento de las cosas y de la naturaleza de la cual forma parte.

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