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Respuesta:
El trabajo de los llamados “críticos sociales” es importante para mantenernos lúcidos en relación a esas instituciones y a los fenómenos sociales en general. Sin embargo, es difícil mantener una mirada crítica y lúcida (ambas características que lamentablemente no siempre vienen juntas) y al mismo tiempo guardar como centro el problema esencial que nos recuerda Dewey: es el ser humano el que está al centro y no una ideología o una forma de organización social especifica. En Paul Goodman encontramos al mismo tiempo al crítico social y al terapeuta: un personaje que se preocupó por desarrollar la estructura social a través de su crítica pero sin olvidar que ésta era la habitación de la humanidad y no un fin en sí mismo.
Pero para volver a la idea del desarrollo humano, quisiéramos plantear como punto de partida una idea que nos parece relativamente obvia: una concepción del desarrollo humano implica a la base una cierta antropología. Evidentemente no utilizamos el término en su sentido disciplinar, sino que como un sinónimo de concepción del hombre. Bebemos de un imaginario que nos proporciona ciertos puntos de referencia a la hora de expresarnos en torno de lo que es el ser humano y de lo que constituye su desarrollo. Existen varios puntos ligados a esta observación. En un principio, parecería que al hablar de “desarrollo” humano, tratamos con un ser humano que está inconcluso, incompleto. El trabajo de George Lapassade, por ejemplo, es bastante instructivo en relación al carácter “inacabado” del hombre. Lapassade va a cuestionar la visión del desarrollo humano como un proceso de “acabamiento”, ya que ésta visión presupone la posibilidad de llegar a ese estado de “completitud”. “El hombre acabado, es el hombre adulto. La perfectibilidad, con su doble significación de potencialidad y de educabilidad, supone un ideal de perfección, y por lo tanto, la posibilidad de un acabamiento” (Lapassade, 1963: 22). Pero si el hombre no es “acabable”, si el hombre está en un proceso continuo de acabamiento y de educación, ¿cómo debemos entender el sentido del desarrollo humano? La posibilidad de este acabamiento es fundamental para comprender el sentido de cualquier “desarrollo humano” posible. Pero si reflexionamos sobre una imagen del “hombre acabado” nos encontramos más bien con una imagen que retrocede cada vez que nos acercamos a ella. ¿Debemos pensar entonces en una antropología del no acabamiento?
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Espero q te sirva