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La violencia con armas de fuego es un problema contemporáneo de derechos humanos de alcance mundial que amenaza el derecho más fundamental de todo ser humano, el derecho a la vida.
La violencia con armas de fuego es una tragedia cotidiana que afecta a la vida de las personas en todo el mundo y causa la muerte de más de 500 personas cada día.
La violencia con armas de fuego puede afectar a cualquier persona, pero, en ciertas situaciones, afecta de forma desproporcionada a las comunidades de color, a las mujeres y a otros grupos marginados de la sociedad.
En ocasiones, la mera presencia de armas de fuego puede hacer que las personas se sientan amenazadas o que teman por su vida, lo que acarrea graves repercusiones psicológicas a largo plazo a nivel individual y comunitario.
El miedo a la violencia con armas de fuego también puede socavar el derecho a la educación o el derecho a la salud cuando las personas temen ir a la escuela o a los centros de salud o si estos servicios no funcionan adecuadamente debido a la violencia armada en la comunidad.
Amnistía Internacional hace campaña en favor de leyes e intervenciones efectivas para prevenir y poner fin a la violencia con armas de fuego.
Una estricta regulación de las armas de fuego junto con iniciativas estratégicas de reducción de la violencia son la forma más eficaz de reducir la violencia armada.
El acceso fácil a las armas de fuego, ya sea legal o ilegal, es uno de los principales motivos de la violencia armada.
Los gobiernos tienen la obligación de extremar la protección de los derechos humanos y crear un entorno lo más seguro posible para la mayoría de la población, especialmente para las personas consideradas más vulnerables. Un gobierno que no controla de forma adecuada la posesión y el empleo de armas de fuego en una situación persistente de violencia armada podría incumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.
Por eso Amnistía Internacional pide a los Estados que cumplan sus obligaciones y establezcan y apliquen leyes y normas estrictas para la prevención de la violencia con armas de fuego. Los Estados también tienen la obligación de establecer medidas de intervención a nivel comunitario para reducir y prevenir la violencia armada en la vida cotidiana de las personas.
Amnistía Internacional hace campaña para que los gobiernos lleven a cabo reformas legislativas sensatas en materia de armas para poner fin a la violencia armada y proteger el derecho a la vida de las personas. Nuestros derechos humanos no están protegidos si nuestros gobernantes no ponen fin a la violencia armada y a las muertes causadas por armas de fuego
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