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podrias mandar el link de la lectura? para poder leerlo ya que no me sale cuando lo busco ;u
Respuesta:
“Un día un peregrino visitó un pueblo de la China. Allí vio mucha gente sentada alrededor de una mesa con muchos alimentos. Sin embargo, todos los que estaban sentados tenían cara de hambre y el gesto demacrado: sólo podían comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca. Impresionado, el peregrino salió del pueblo y siguió su camino; cruzó un río, pasó una montaña y llegó a un valle precioso donde estaba el pueblo más bonito que nadie haya podido imaginar. Con gran asombro vio que también allí había una mesa llena de gente y con muchos manjares. Sin embargo, nadie tenía mala cara. Todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que allí cada uno se preocupaba de alimentar con los palillos largos al que tenía enfrente.
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