• Asignatura: Historia
  • Autor: valeriacomen04
  • hace 4 años

en julio de 1867,la caoital de mexicorecibio a juarez ,que regresaba triunfanteluego de la derrotadel imperio, por loqueel periodo entre 1867y1876 Mexico se le conoce coomo

Respuestas

Respuesta dada por: Anónimo
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Respuesta:La república restaurada o la república triunfante es el periodo que comprende entre la derrota del segundo imperio mexicano en 1867 hasta el primer periodo presidencial de Porfirio Díaz iniciado en 1876.

Entre 1865 y 1867, se registraron varios sucesos en el ámbito internacional que influyeron en la caída del segundo imperio. En Europa, las tensiones entre varios países estaban a punto de detonar enfrentamientos bélicos en los que estaría involucrada la Francia de Napoleón III. Este hecho provocó que el gobierno francés retirara el apoyo a Maximiliano de Habsburgo cuya presencia en México se había prolongado a pesar de la férrea oposición de Benito Juárez.

En abril de 1865 —primer aniversario de por esta razón los maestros dicen que estas páginas no la feria internacional de la aceptación del trono de México por Maximiliano—, quiso el archiduque expedir una serie de decretos en busca de mayor popularidad que, desgraciadamente para él, produjeron el efecto contrario. Entre tales leyes se dio una de imprenta que aparentemente garantizaba la libertad de prensa, pero que estudiándola con detenimiento resultaba todo lo contrario. Dicha ley consignaba que nadie podría ser molestado por sus opiniones y que todos tenían derecho de imprimirlas y circularlas sin que hubiese necesidad de censura alguna, pero al quedar enumerados los abusos a la libertad de imprenta, se veía desaparecer a esta como por arte de magia, ya que se consideraban faltas a la ley el atacar al Emperador o a los miembros de la casa reinante; dar noticias falsas o alarmantes; publicar algo que inquietara al pueblo y lo lanzara a la rebelión; ironizar contra las autoridades, etc. Además establecía los dos procedimientos, judicial y administrativo, que terminaban con la escasa garantía que pudiera esperarse del primero. Ese mismo día, Maximiliano puso en libertad a varios periodistas que habían atacado las iniquidades cometidas por las cortes marciales, no sin antes consultarlo y quizá suplicarlo al mariscal Bazaine.

Ocho días después del citado decreto sobre la imprenta, Maximiliano salió de la capital rumbo al este, para conocer algunos pueblos y observar el adelanto de las obras del ferrocarril México-Veracruz, según informó El Diario del Imperio. Pese a todo, este servicio no fue puesto a funcionar sino hasta la administración del presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Las guerras continuas impidieron terminarlo antes.

A fines de 1865, Maximiliano fue engañado por el mariscal Bazaine, este le dijo que Juárez había salido del territorio nacional y el Emperador lanzó una proclama que decía: «Mexicanos: la causa que con tanto valor y constancia sostuvo don Benito Juárez había ya sucumbido no solo a la voluntad nacional, sino ante la misma ley que este caudillo invocaba en apoyo de sus títulos, Hoy, hasta la bandera en que degeneró dicha causa ha quedado abandonada por la salida de su jefe del territorio patrio».1​

Maximiliano reviviendo la ley juarista del 25 de enero de 1862, aprobó que se ejecutara «dentro de 24 horas a todo el que fuera cogido con las armas en la mano, cualquiera que fuera la causa política que defendía, así como a sus cómplices y encubridores». A esta ley acompañó Bazaine una circular confidencial fechada el 11 del mismo mes, en que ordenaba a sus tropas que no se hicieran prisioneros, sino que todo individuo cogido con armas debía ser fusilado; porque, decía, «es preciso por ambas partes matar o hacerse matar».

En efecto, boicoteado por Bazaine, el Ejército Imperial Mexicano empezó la evacuación del cuerpo expedicionario francés por órdenes de Napoleón, quien sentía ya la presión americana y la amenaza de Prusia, el gobierno de Maximiliano comenzó a tambalearse peligrosamente. A principios de 1866, en marzo, El Diario del Imperio publicó la noticia de que el Emperador intentaría que le preservaran la ayuda napoleónica: el intento de Maximiliano por conseguir que el ejército francés permaneciera tres años más en México estaba destinado al fracaso más estrepitoso.

Las tropas juaristas empezaron a avanzar inexorablemente hacia el centro del país, eficazmente auxiliadas por la Casa Blanca. «Mi ejército apoyaba —revela en sus memorias el general americano Sheridan—, estimulaba y proveía a los liberales mexicanos con abundancia de armas y bastimentos, dejándolos a conveniente distancia, junto al río, y del lado americano... De solo el arsenal de Baton Rouge les mandamos 30 mil fusiles».  

 

 

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