como se puede fomentar la participación ciudadana en el hogar y en la escuela

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Respuesta dada por: propro12
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Contrario a esta perspectiva, la participación ciudadana lejos de excluir a un grupo de personas, implica un proceso en el que es necesario compartir las decisiones que afectan la vida propia y la vida de la comunidad. Por ello, en México, desde 2014, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes #LGDNNA establece el derecho a la participación de ellas y ellos en los temas que les conciernen y les afectan, y mandata la implementación de mecanismos que faciliten que su participación sea activa, sistemática y permanente.

No obstante, la participación en espacios como la casa, la escuela y su comunidad aún tiene un largo camino por recorrer,  ya que la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2017), señala que sólo uno de cada dos niñas y niños menores de 12 años se sienten escuchados “siempre” en sus casas y escuelas; mientras que los demás consideran que sólo en “algunas ocasiones” o “nunca” sus opiniones son  escuchadas o tomadas en cuenta.

Es decir, la toma de decisiones en los espacios en los que conviven cotidianamente niñez, adolescencia y personas adultas aún están basadas en relaciones verticales que utilizan la sumisión y la obediencia como elementos de imposición, donde las personas adultas dicen lo que se tiene que hacer, y niñas, niños y adolescentes tienen que obedecer sin permitir el consenso.

Para lograr un verdadero cambio en la forma en la que acompañamos el proceso de desarrollo de niñas, niños y adolescentes, es necesario que las personas adultas sepamos ¿cómo podemos colaborar para que niñas, niños y adolescentes participen de forma activa en la casa, la escuela y en la comunidad? Aquí algunos consejos:

¿Quién decide que comer, qué ropa usar y en qué labores apoyar en casa?

La participación es un proceso que debe guiarse desde la primera infancia, bajo el principio de la autonomía progresiva es decir, que ellas y ellos tienen la capacidad de tomar decisiones y asumir responsabilidades de forma gradual, mientras van creciendo. La ropa que usan, los alimentos que come la familia, los lugares que son seguros para jugar o los quehaceres del hogar, son oportunidades para dialogar y tomar decisiones compartidas con todos los integrantes de la familia.

¿Qué actividades realizar después de la escuela?

Aprender a tocar un instrumento, practicar cierto deporte o algún idioma puede ser una actividad que nos entusiasme a madres, padres y cuidadores, pero no necesariamente a niñas y niños. Ellas y ellos aprenderán algo de mejor forma, si tienen la motivación de hacerlo porque les gusta y no sólo como una imposición.

¿Jugar, leer y ver la televisión?

Niñas y niños tienen derecho a participar para construir acuerdos y reglas que les ofrezcan bienestar y tranquilidad. La negociación que hacemos para establecerlas es parte fundamental en el proceso de participación, ya que hay lugares u objetos inseguros para jugar, lecturas o programas diseñados solo para personas adultas. Recuerda que ¡hasta para jugar hay que hacer acuerdos! Y todas las personas somos responsables de que se cumplan.

Acuerdos de convivencia en la escuela

En la escuela, las y los maestros pueden llevar a cabo los acuerdos de convivencia dentro del aula al inicio del ciclo escolar con la participación de niñas, niños y adolescentes. Recuerda que es más fácil cumplir un acuerdo para el que se fue consultado que uno que ha sido impuesto sin consenso.  Cuando niñas y niños asumen la responsabilidad de sus decisiones pueden ser personas cada vez más autónomas.

Explicación:


madisondaniela92: muchas gracias :D
rayneldatuanama: como lo pusiste el titulo
Respuesta dada por: yarethmagallan07
7

Respuesta:

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