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Aquella noche que frío hacía, oí un gato susurrar que solo vivía. Salí de mi casa y lo recogí, pelo blanco tenía como el de María. Pero algo malo pasó, él quiso llevárselo, yo asumí mi desgracia y me fui de mi casa. Aquel gato me hacía olvidar que yo no era de aquella familia, el y yo formamos una.
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