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El viernes en la tarde me encontraba pacíficamente tomando un poco de café mientras ayudaba a mi pequeña ángel sobre las investigaciones del avestruz, su nido, lo que come, como la lombriz y todo acerca de ellos, miraba constantemente el reloj que estaba puesto en la pared pues debía ir a una reunión del trabajo. Pasaron unos 35 minutos y ¡oh vaya! ya era hora de ir a la reunión, me despedí de mi hija y de mi esposa con un beso en sus frentes, salí de casa con maleta en mano y troté hasta la cita que tenía, no recordaba que quedara tan lejos por lo que llegué con el oxígeno de mi cuerpo descontrolado, aunque ya acostumbrado a ello dócilmente pude recuperarme, entré con unos compañeros que me había encontrado unos pocos minutos antes a ver al jefe del ejército, sin antes tocar la puerta para penetrar en la habitación, todo fue lo de siempre, aprender algunas osas básicas acerca de la supervivencia, naturaleza, armas y sobre nuestro "enemigo América" ¿que por qué se podría decir que era nuestro enemigo? es porque ellos hace unos 4-5 meses aproximadamente habían cometido un atroz ataque a nuestras partes más necesitadas, hasta habían algunos ciudadanos que decían que los americanos tenían algún tipo de esquizofrenia químicamente inducido por el gobierno.
Al día siguiente, sábado 4 de Junio, regresé a mí casa con los auriculares puestos en mis orejas, escuchando mi música favorita, me sentía feliz pues tuve la oportunidad de volver a ver a las dos personas más importantes en mi vida actualmente, mientras caminaba a paso no muy lento observaba aquel árbol magnífico que tenía alrededor de unos 93 años allí plantado, minutos después llegué a mi casa, recibí a mi familia en brazos y algo preocupadas me habían preguntado sobre un temblor que había ocurrido en el transcurso de la noche, yo, al tener el sueño pesado ni estaba enterado de eso, las abracé de nuevo con más fuerza, agradeciéndole al universo por poder ver un día más sus bellos rostros