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Cuento de amor: El baile de San Valentín
Adrián era un niño bastante alegre que vivía en una ciudad enorme llena de edificios que, con solo verlos, daban vértigo. Las calles eran amplias y siempre estaban llenas de personas que parecían apuradas mientras se movían de un lado a otro, y al pequeño
Adrián le gustaba imaginar el motivo por el cual esas personas siempre parecían tan apuradas.
El otro día, sin ir más lejos,
Adrián vio a una muchacha correr con una gran sonrisa en la cara.
Tras darle vueltas a la situación, llegó a una conclusión muy lógica: su mamá seguramente le habría hecho su comida favorita y querría llegar a casa de inmediato.
¡A él muchas veces le pasaba lo mismo!
A Adrián también le gustaba ir al colegio, porque allí pasaba la tarde jugando y aprendiendo cosas increíbles junto a su amiga Mónica, una de sus pocas amistades en el cole.
Y es que, a pesar de ser tan alegre e imaginativo, Adrián no tenía demasiados amigos y estaba convencido de que el motivo era que pasaba mucho tiempo soñando y observando.
Aun así, Adrián era feliz en el cole junto a su mejor amiga, y no solía pensar en ello.
O, al menos, no lo hacía hasta que llegó el mes de Febrero y vio que se aproximaba
San Valentín. La cuestión era que se iba a celebrar por primera vez en el cole un baile el 14 de Febrero, al que debían acudir en parejas y muy bien arreglados para bailar toda la tarde y pasarlo muy bien. Y al pensar en ello Adrián sintió algo de miedo. Según le había escuchado decir a mamá, el día de San Valentín era una cosa que celebraban las personas mayores cuando estaban enamoradas, eran felices y decidían tomar chocolates y regalarse bonitas flores. Pero él aún era pequeño y no pensaba ni por asomo en esas cosas.
Tantos días estuvo la mente inquieta del pequeño Adrián dándole vueltas a aquello, que olvidó jugar con su querida amiga Mónica, que tanto le quería y apreciaba…Y así hasta que llegó la víspera del 14 de Febrero, cuando Mónica al fin decidió acercarse a Adrián:
¿Qué te pasa?- Dijo Mónica.
Pues que mañana es el día del amor y del baile y no tengo una novia para poder ir, así que tendré que bailar solo- Contestó Adrián con la cabeza gacha y la mirada al suelo.
Al escuchar aquellas palabras Mónica se echó a reír a carcajadas.
El 14 de Febrero no solo es el día del amor, también es el día de la amistad.
Por eso no necesitas una novia para acudir al baile y podemos ir juntos porque somos amigos- Dijo Mónica, muy orgullosa de poseer toda aquella información.
Adrián, sorprendido, abrazó a su amiga con cariño. ¡Había pasado tantos días dándole vueltas a la cabeza! Y, de pronto, se sintió muy feliz y orgulloso de tener una amiga como ella.
Aquel día de San Valentín le había servido para aprender muchas cosas, como por ejemplo, la de que tener un amigo o amiga que te quiere es igual de valioso para el corazón que estar enamorado y comer chocolates y comprar bonitas flores.
Y fueron muy felices Adrián y Mónica en el baile de San Valentín. Sus miradas y sus risas casi parecían hablar a voces…y gritaban al mundo que, tener un amigo cuando más se necesita, es un valiosísimo acto de amor.
El baile de San Valentín
Adrián era un niño bastante alegre que vivía en una ciudad enorme llena de edificios que, con solo verlos, daban vértigo. Las calles eran amplias y siempre estaban llenas de personas que parecían apuradas mientras se movían de un lado a otro, y al pequeño
Adrián le gustaba imaginar el motivo por el cual esas personas siempre parecían tan apuradas.
El otro día, sin ir más lejos,
Adrián vio a una muchacha correr con una gran sonrisa en la cara.
Tras darle vueltas a la situación, llegó a una conclusión muy lógica: su mamá seguramente le habría hecho su comida favorita y querría llegar a casa de inmediato.
¡A él muchas veces le pasaba lo mismo!
A Adrián también le gustaba ir al colegio, porque allí pasaba la tarde jugando y aprendiendo cosas increíbles junto a su amiga Mónica, una de sus pocas amistades en el cole.
Y es que, a pesar de ser tan alegre e imaginativo, Adrián no tenía demasiados amigos y estaba convencido de que el motivo era que pasaba mucho tiempo soñando y observando.
Aun así, Adrián era feliz en el cole junto a su mejor amiga, y no solía pensar en ello.
O, al menos, no lo hacía hasta que llegó el mes de Febrero y vio que se aproximaba
San Valentín. La cuestión era que se iba a celebrar por primera vez en el cole un baile el 14 de Febrero, al que debían acudir en parejas y muy bien arreglados para bailar toda la tarde y pasarlo muy bien. Y al pensar en ello Adrián sintió algo de miedo. Según le había escuchado decir a mamá, el día de San Valentín era una cosa que celebraban las personas mayores cuando estaban enamoradas, eran felices y decidían tomar chocolates y regalarse bonitas flores. Pero él aún era pequeño y no pensaba ni por asomo en esas cosas.
Tantos días estuvo la mente inquieta del pequeño Adrián dándole vueltas a aquello, que olvidó jugar con su querida amiga Mónica, que tanto le quería y apreciaba…Y así hasta que llegó la víspera del 14 de Febrero, cuando Mónica al fin decidió acercarse a Adrián:
¿Qué te pasa?- Dijo Mónica.
Pues que mañana es el día del amor y del baile y no tengo una novia para poder ir, así que tendré que bailar solo- Contestó Adrián con la cabeza gacha y la mirada al suelo.
Al escuchar aquellas palabras Mónica se echó a reír a carcajadas.
El 14 de Febrero no solo es el día del amor, también es el día de la amistad.
Por eso no necesitas una novia para acudir al baile y podemos ir juntos porque somos amigos- Dijo Mónica, muy orgullosa de poseer toda aquella información.
Adrián, sorprendido, abrazó a su amiga con cariño. ¡Había pasado tantos días dándole vueltas a la cabeza! Y, de pronto, se sintió muy feliz y orgulloso de tener una amiga como ella.
Aquel día de San Valentín le había servido para aprender muchas cosas, como por ejemplo, la de que tener un amigo o amiga que te quiere es igual de valioso para el corazón que estar enamorado y comer chocolates y comprar bonitas flores.
Y fueron muy felices Adrián y Mónica en el baile de San Valentín. Sus miradas y sus risas casi parecían hablar a voces…y gritaban al mundo que, tener un amigo cuando más se necesita, es un valiosísimo acto de amor.
El baile de San Valentín
zoe14polinesia:
gracias
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