el paisaje cafetero hace parte del patrimonio cultural de la humanidad a partir del año 2011 explica cómo está mención puede influir en la conservación y protección de este paisaje o en su modificación
Respuestas
Tras la declaratoria por parte de la Unesco en 2011 del Paisaje Cultural Cafetero, PCC, como patrimonio mundial, la comunidad y las administraciones de 47 municipios incluidos en el reconocimiento adquirieron la responsabilidad de conservar el entorno cultural y natural.
Así lo manifestó Diego Trujillo, procurador de Tierras y Sostenibilidad del Eje Cafetero.
“Tenemos que tener en cuenta que las premisas de la declaratoria no se limitaban a la parte cultural únicamente como un reconocimiento arquitectónico de las poblaciones protegidas por el paisaje, sino que tiene un componente ambiental y natural muy importante que se debe preservar porque es el patrimonio que pertenece a toda la humanidad, no solo a los armenios, quindianos y colombianos”.
Respuesta:
el paisaje cafetero hace parte del patrimonio cultural de la humanidad a partir del año 2011 explica cómo está mención puede influir en la conservación y protección de este paisaje o en su modificación
Explicación:
El Comité de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – Unesco, inscribió en la Lista de Patrimonio Mundial el Paisaje Cultural Cafetero el 25 de junio de 2011. Este reconocimiento compromete al Estado colombiano, a la comunidad internacional, nacional y local a su protección, pero es a la vez es una oportunidad para que sus habitantes y visitantes conozcan el paisaje y participen en su preservación.
El PCC constituye un ejemplo sobresaliente de adaptación humana a condiciones geográficas difíciles sobre las que se desarrolló una caficultura de ladera y montaña. Se trata de un paisaje cultural en el que se conjugan elementos naturales, económicos y culturales con un alto grado de homogeneidad en la región, y que constituye un caso excepcional en el mundo. En este paisaje se combinan el esfuerzo humano, familiar y generacional de los caficultores con el acompañamiento permanente de su institucionalidad.