hola ¿alguien me puede decir dos hiato del texto de un mesaje misterioso?

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Respuesta dada por: cabrerafranjerlin44
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Respuesta:

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Fecha: 18 Ago 2020

Autor/a: Matías Corbani

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Holmes tenía la cabeza apoyada en una mano, el desayuno delante sin tocar y la mirada clavada en la hoja de papel que acababa de sacar de un sobre. Me puse en pie y miré por encima de él la curiosa inscripción, que decía lo siguiente

-¿A usted qué le parece, Holmes?

-Evidentemente, es un intento de transmitir información secreta.

-¿Pero de qué sirve un mensaje en clave sin la clave?

-Querido Watson: seguro que usted mismo, con su sagacidad innata y su astucia, evitaría meter el mensaje y la clave en el mismo sobre. Si cayeran en malas manos, estaría usted perdido. Ya es hora del segundo reparto, y mucho me sorprendería que el correo no nos trajera una nueva carta de explicación.

Las previsiones de Holmes se cumplieron a los pocos minutos con la aparición de Billy, el mensajero, que traía la carta que estábamos esperando.

-La misma letra – comentó Holmes – y esta vez viene firmada – añadió entusiasmado al desdoblar la carta – Vamos progresando, Watson.

Pero su ceño se frunció al pasar la vista por el texto.

-Vaya, esto es muy decepcionante. Me temo, Watson, que todas nuestras expectativas se han quedado en nada. Espero que no le suceda nada malo al tal Porlock. Dice:

“Querido Señor Holmes: no voy a seguir adelante en este asunto. Es demasiado peligroso. Él sospecha de mí, se nota que sospecha. Vino a verme completamente de improviso cuando yo ya había escrito la dirección en este sobre con la intención de enviarle la clave del mensaje. Conseguí taparlo, pero si lo llegaba a ver me habría ido muy mal. Aun así, puede advertir la sospecha en sus ojos. Por favor, queme el mensaje cifrado; ya no le va a servir de nada. FRED PORLOCK”

Holmes permaneció algunos momentos con la carta entre sus dedos. Por último, dijo:

-Después de todo, quizá se sienta culpable. Tal vez, reconociendo su propia traición, haya leído la acusación en los ojos del otro.

-Supongo que el otro será el profesor Moriarty.

-Ni más ni menos.

-Pero ¿qué es lo que él puede hacer?

-¡Hum! Las posibilidades son infinitas cuando se tiene de adversario a uno de los primeros cerebros de Europa. Es evidente que el pánico ha hecho perder la cabeza al amigo Porlock.

Sherlock Holmes había apartado de sí el desayuno intacto y encendido su pipa, compañera de sus meditaciones más profundas. Se recostó en el respaldo y clavó su vista en el cielo raso, diciendo:

-Estudiemos el problema a la luz de la pura razón.

Es seguro que este hombre hace referencia a un libro. Ese debe ser nuestro punto de partida.

-No me doy cuenta todavía.

-Veamos si conseguimos reducir el campo de posibilidades. Conforme concentro en él mi atención, lo veo menos impenetrable. ¿Qué indicaciones se nos dan acerca de ese libro?

-Ninguna.

-Bueno, bueno, seguramente que el asunto no se presenta tan desastroso. El mensaje cifrado empieza una cantidad en números voluminosos, ¿no es cierto? Tomemos como hipótesis de trabajo que ese quinientos treinta y cuatro es la página concreta a que se refiere el mensaje cifrado. Tendremos entonces que se trata de un libro voluminoso, y ya con esto llevamos algo adelantado. ¿Qué otras indicaciones tenemos acerca de la índole de este libro? El signo siguiente es C2. ¿Qué le sugiere a usted, Watson?

-Capítulo segundo, desde luego.

Es difícil, Watson. Convendrá usted conmigo en que una vez dado el número de página, no es necesario dar el del capítulo. Y también en que, si el capítulo segundo llega a la página quinientos treinta y cuatro, la extensión del primero habrá resultado intolerable.

-¡Columna! – exclamé.

-Magnifico, Watson. Hemos reducido, pues, el campo de nuestras investigaciones a un libro grande y voluminoso, impreso a dos columnas y de uso corriente.

-¡La Biblia! – exclamé yo con tono de triunfo.

-¡Bien, Watson, bien! Pero quizá no lo suficientemente bien. Hay numerosas ediciones de la Sagrada Escritura, difícilmente podía él suponer la existencia de dos ejemplares con la misma compaginación. El libro de que aquí se trata tiene que ser de un solo tipo.

-Un almanaque.

-¡Muy bien dicho, Watson! Veamos qué razones pueden darse en favor del “Almanaque Whitaker”. Es de uso general. Tiene el número de páginas requerido. Está impreso a dos columnas. Veamos ahora qué es lo que nos reserva la página quinientos treinta y cuatro. La palabra número trece es “Un”, que resulta más prometedora. El número ciento veintisiete es “peligro”… “Un peligro…” – los ojos de Holmes centelleaban de excitación, y sus dedos delgados y nerviosos temblaban mientras iba contando las palabras – “…puede…” – ¡Ajajajá! ¡Magnífico! Escríbalo, Watson.”Un peligro puede… sobrevenir… muy… pronto… es cierto…”. Ahora viene la palabra “Douglas”…, “rico… provincias… vive… ahora… Birstone… en Birstone… confidencia… peligrosa y apremiante.” ¡Ya lo tenemos, Watson! ¿Qué me dice usted ahora del puro razonar y de sus frutos?

-¡Qué manera más curiosa e imperfecta de dar a entender lo que quiere! – dije yo.

 

Explicación:


batistabrenda830: gracias
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