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La comunidad es el conjunto de personas, que tienen en común el idioma, el territorio que habitan, las tareas, los valores, los roles, la cultura y la religión, entre otros. Es comunidad un grupo de personas que tienen un mismo objetivo, los elementos en común son los que conforman la identidad de la comunidad.
Pero también la comunidad no es una realidad dada o acabada, la comunidad es un proceso continuo, “hacemos” comunidad con la convivencia, los encuentros, los diálogos, las interacciones, las conversaciones y la puesta en común de los asuntos que nos importan a todos.
Por ejemplo, la comunidad científica, es el cuerpo de científicos, teniendo en cuenta los vínculos e interacciones que existen entre sus miembros. Los lazos entre la comunidad científica no dependen de trabajar o no juntos, sino de los vínculos que se establecen a partir de intercambios de ideas, investigaciones.
La comunidad religiosa son vínculos que se establecen entre personas por medio de una vida en común. La comunidad educativa son personas que afectan, forman parte o se ven influidas por el ambiente educativo.
Podemos hablar de comunidad rural, en función de sus actividades en el campo y sus relaciones, o de una comunidad familiar, por los lazos de sangre y afectivos, etc. Lo esencial de hacer comunidad son los vínculos, las interacciones y el afecto reciproco de las personas que buscan desarrollarse y crecer, acompañándose.
La comunidad es la que nos convierte en personas “en el mundo”, nos da el sentido de pertenencia y la comunión, donde las personas desarrollan su potencial personal y realización. Por ello la comunidad siempre es un proceso inacabado y aspiración constante. La búsqueda del espíritu comunitario se ha de intentar en las familias, empresas, congregaciones, vecindarios, centros de trabajo o en cualquier parte u ocasión en que los hombres y mujeres tengan que organizarse para enfrentar en común los problemas de la vida.
El reto fundamental es “construir y hacer comunidad” como espacio humanizado de, protección y desarrollo, que articule de forma adecuada el ser individual de cada persona en un ser comunitario. Hay que desarrollar de nuevo el sentido del bien común, donde se supere el anonimato, la soledad y la supervivencia individual a partir de la ausencia de vínculos.