• Asignatura: Castellano
  • Autor: linamblandonmena
  • hace 4 años

A un señor le cortaron la cabeza, pero como después estalló una huelga y no pudieron enterrarlo, este señor tuvo que seguir viviendo sin cabeza y arreglárselas bien o mal.

Enseguida notó que cuatro de los cinco sentidos se le habían ido con la cabeza. Dotados únicamente de tácito, pero lleno de voluntad, el señor se sentó en un banco de la plaza Lavalle y tocaba las hojas de los árboles una por una, tratando de distinguirlas y nombrarla. Así, al cabo de varios días pudo tener la certeza de que había juntado sobre sus rodillas una hoja de eucalipto, una de magnolia, una de plátano y una piedrita verde.

Cuando el señor advirtió que esto último era una piedra verde, pasó un par de días muy perplejo. Piedra era correcto y posible, pero no verde. Para probar imaginó que la piedra roja, y en el mismo momento sintió como una profunda repulsión, un rechazo de una mentira flagrante, de una piedra roja absolutamente falsa, ya que la piedra era por completo verde y en forma de disco, muy dulce al tacto.



Cuando se dio cuenta de que además la piedra era dulce, el señor pasó cierto tiempo atacado de gran sorpresa. Después optó por la alegría, lo que siempre es preferible, pues se veía que, a semejanza de ciertos insectos que regeneran sus partes cortadas, era capaz de sentir diversamente. Estimulado por el hecho abandonó el banco de la plaza y bajó por la calle Libertad hasta la Avenida de Mayo, donde como es sabido “proliferan” las frituras originadas en los restaurantes españoles. Enterado de este detalle que le restituía un nuevo sentido, el señor se encaminó vagamente hacia el este o hacia el oeste, pues de eso no estaba seguro, y anduvo infatigable, esperando de un momento a otro oír alguna cosa, ya que el oído era lo único que le faltaba. En efecto, veía un cielo pálido como de amanecer, tocaba sus propias manos con dedos húmedos y uñas que se hincaban en la piel, olía como a sudor y en la boca tenía gusto a metal y a coñac. Sólo le faltaba oír, y justamente entonces oyó, y fue como un recuerdo, porque lo que oía era otra vez las palabras del capellán de la cárcel, palabras de consuelo y esperanza muy hermosas en sí, lástima que, con cierto aire de usadas, de dichas muchas veces, de gastadas a fuerza de sonar y sonar.


3. Por su contenido, el texto puede clasificarse como:

Seleccione una:

a.
Científico



b.
Literario



c.
Histórico



d.
Anecdótico

Respuestas

Respuesta dada por: DarkWither
1

Anecdotico        ........................        

Respuesta dada por: MateoSantacruz16
0

Respuesta:

hola no estoy muy seguro pero las opciones que podrían entrar son Literario, anecdótico. pero me voy más a la anécdota por qué está relatando algo que vivió.

suerte.

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