Respuestas
Explicación:
Rodolfo Sarsfield
La democracia controvertida
Debates y acuerdos en la teoría
democrática contemporánea*
Un desvelo inteligente por la energía y la eficacia del
gobierno será estigmatizado como síntoma de un
temperamento inclinado al poder despótico y hostil
a los principios de libertad. Un escrupuloso y tal vez
exagerado temor a poner en peligro los derechos del
pueblo, lo cual debe achacarse más frecuentemente
a la cabeza que al corazón, será descrito como pura
simulación y artificio, como el gastado señuelo para
obtener popularidad a expensas del bien público
Federalist Papers
Alexander Hamilton
ES BIEN SABIDO que el debate sobre la democracia es tan largo como
la democracia misma y ha conducido a muy importantes controversias, varias de las cuales persisten actualmente. Las aproximaciones a
la noción de democracia han sido inmensamente múltiples, existiendo
un panorama complejo, diverso y de muy difícil ordenación, incluso
sólo considerando el campo de la literatura de lo que genéricamente
podríamos definir como “ciencias sociales”. La palabra democracia
conforma un vocablo que abundantemente forma parte de espacios de
producción de argumentación tan disímiles entre sí como los medios
de comunicación, las discusiones en los partidos políticos, los programas curriculares de los sistemas educativos o de los debates de la vida
cotidiana. Diferentes voces pronuncian a diario a la democracia, lo que
hace a este concepto una noción notablemente polisémica.
* Agradezco los valiosos comentarios de un dictaminador anónimo de CLACSO.En los intersticios de la democracia y el autoritarismo
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En este sentido, es imprescindible explicitar –desde el comienzo
mismo de estas páginas– que el criterio que guía a este artículo es el
de realizar una revisión sintética de la discusión conceptual sobre la
idea de democracia, revisión que se realiza a la luz de la teoría política
contemporánea. De este modo, el horizonte de tematización de este
texto está acotado al debate sobre la idea de democracia dentro de un
universo de significados mucho más específico y que, asumo, se halla
centralmente en el cuerpo de la teoría y la ciencia política actual1
. Por
otra parte, es primordial expresar también al inicio de este trabajo, que
cualquier síntesis de un debate tan inmenso –como el que estas líneas
aborda– constituye un importante recorte. La sección de la discusión
que analizo aquí está integrada, fundamentalmente, por lo que considero constituyen algunas de las tensiones y acuerdos más relevantes de
la teoría democrática contemporánea2
.
Contribuyendo al laberíntico panorama general que rodea a la
noción de democracia, dentro de la ciencia política sólo parece haber
consenso alrededor de la idea de que la democracia es un concepto
constitutivamente controvertido (Gallie, 1956). Más recientemente se
afirma que la democracia es un término disputado (Bratton y Mattes,
2001), que existen diferencias irreductibles sobre la noción en la teoría
democrática (Collier y Levitsky, 1997) o que las tradiciones teóricas debatirán siempre sobre los límites y alcances de la democracia (PNUD,
2004). En este espacio mucho más estrecho de la ciencia política, la literatura también ofrece múltiples definiciones. Tales concepciones son
de muy difícil ordenación en un intento tan breve de este tipo.
Con las dificultades ya señaladas con las que esta tarea se enfrenta, en este trabajo paso revista a dos debates que considero fundamentales dadas sus importantes consecuencias para la tentativa de definir a la
democracia. En primer lugar, abordo el problema de lo que más adelante
denomino el “dilema del demos”. Muy sintéticamente, el corazón del debate tiene que ver con las dificultades normativas de vincular decisiones
de las mayorías a las minorías que no las comparten (Manin, Przeworski
y Stokes, 1999: 1). Este problema, central para la teoría democrática,
se desprende de una paradoja fundacional de la democracia: la tensión
constitutiva entre preferencias individuales y elecciones colectivas. Esta
cuestión conduce al interrogante crucial para la democracia de cómo
conciliar todas las preferencias individuales en decisiones colectivas vin1 Esta no es una justificación suficiente a no ser por la simple inconmensurabilidad de las
fuentes de donde se nutre la discusión sobre la noción de democracia.
2 El criterio de selección, en este sentido, estuvo guiado más por los alcances de los
temas que en estas páginas se presentan que por la exhaustividad. Agotar las cuestiones
que integran la teoría de la democracia en este artículo sería, por otra parte, una tarea
de difícil viabilidad.