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Respuesta:
Mamá amamantando a su recién nacido.
Cuando comenzás a amamantar a tu bebé, te preguntás si está siendo alimentado adecuadamente. Si notás que tu bebé no está ganando peso o que no está “mojando” sus pañales, esto puede ocurrir porque no está recibiendo suficiente leche materna. Ya sea porque no se agarra correctamente del pecho; o bien porque vos no tenés suficiente leche. La buena noticia es que la mayoría de las mujeres produce un tercio más de leche de la que requiere el bebé, de manera que no es tan grave si tu producción disminuye. Sin embargo, es importante que hablés con tu médico si tenés alguna duda. Si te preocupan tus niveles de leche, te invitamos a continuar leyendo para que descubrás cómo aumentar tu producción de leche naturalmente y descubrás por qué podrías estar amamantando menos de lo que te gustaría.
Señales de que tu bebé está recibiendo suficiente leche materna
En lugar de tratar de medir cuál es la cantidad de tu leche materna, es más importante que estés pendiente de las señales que te indican que tu bebé está recibiendo suficiente leche. Pensá en estas preguntas:
¿Tu bebé está ganando peso? Uno de los signos más contundentes de que la alimentación es exitosa, es que tu bebé está ganando peso. Tené en cuenta que tu bebé puede perder un poco de peso a los pocos días de nacido (generalmente, alrededor de un 7% de su peso al nacer), pero esta pérdida debe ser recuperada en un par de semanas. Abrí el siguiente link y fijate en la siguiente tabla de crecimiento, que puede ayudarte a seguir el desarrollo de tu bebé junto con su pediatra.
¿Tu bebé está mojando sus pañales? Si tu bebé no “ensucia” los pañales, eso significa que no está recibiendo suficiente leche. Porque cuando recibe suficiente leche, vos deberías cambiar 6 pañales mojados por día; y tu bebé debería hacer entre 3 a 4 deposiciones diarias. Las heces serán oscuras y pegajosas los primeros días; pero después se volverán suaves y amarillentas. El color de la orina debe ser amarillo pálido, nunca amarillo oscuro ni anaranjado.
¿Cuán frecuentemente amamantás a tu bebé? La alimentación exclusiva con leche materna debería ser a libre demanda, lo que significa que no hay horarios ni tiempos definidos, sino estar atenta a las señales de hambre y amamantar cuando tu bebé pida y por el tiempo que lo desee. Solo como guía, podemos decir que los recién nacidos se alimentan entre 8 a 12 veces por día, aproximadamente cada dos o tres horas, pero cada bebé es diferente. Esta demanda cambia a medida que el bebé crece.
¿Tu bebé se siente feliz después de que lo amamantás? Si tu bebé se siente satisfecho, feliz, alerta y activo después de ser amamantado, (no de mal humor o quisquilloso) ello significa que está recibiendo la alimentación que necesita.
Si tu bebé no recibe suficiente leche, podrías notar que se la pasa durmiendo la mayor parte del tiempo. Consultá con el pediatra si este es tu caso.
¿Qué cosas afectan la producción de leche?
Si tu bebé no tiene la nutrición que necesita, es probable que se deba a que no se esté enganchando al seno adecuadamente, en lugar de que vos no estés produciendo suficiente leche. Podés leer más acerca de esto en el siguiente link: cómo lograr que el bebé se pegue del seno correctamente para que obtengás algunos consejos adicionales. Sin embargo, existen factores que pueden ocasionar que la producción de leche materna disminuya, entre ellos:
Esperar demasiado tiempo para comenzar a amamantar (lo ideal es comenzar a amamantar inmediatamente tras el parto o al menos durante la primera hora después del parto, sin embargo, esto no es posible en algunos casos).
No amamantar con la frecuencia suficiente (los expertos recomiendan amamantar a libre demanda, y por estadísticas esto puede ser entre 8 a 12 veces por día).
Usar algunos medicamentos que contengan pseudoefedrina o incluso algunos tipos de hormonas anticonceptivas. Consultá siempre con tu médico antes de tomar algún medicamento y mencionale que estás amamantando.
El bebé no se pega del seno adecuadamente y por lo tanto no genera la producción de leche que requiere.
La madre ha tenido una cirugía en los senos.
Que el bebé haya sido prematuro.
Haber tenido presión alta a consecuencia del embarazo.
La obesidad.
Que la madre tenga una diabetes insulinodependiente.
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