Respuestas
Respuesta:
Una de las fantasías económicas más viejas es que la riqueza de un país depende de sus recursos naturales. No es del todo cierto. Esos recursos cuentan, por supuesto, pero no son la clave y no sirven para explicar la riqueza. Se dirá que es mejor tener petróleo que no tenerlo. Pues claro, pero el mismo petróleo que ha beneficiado a los noruegos no ha enriquecido a los nigerianos o a los venezolanos. La tierra siempre ha sido muy fértil en Argentina, pero ese país, con la misma tierra, fue primero pobre, después rico, y después otra vez pobre con respecto al resto del mundo. África está repleta de recursos naturales, incluido el petróleo, y es el continente de la pobreza. Por cierto, antes lo era Asia, pero ahora no. Y ¿qué decir de España? Nuestro país es uno de los más ricos del mundo, y no solo no tiene muchos recursos naturales en comparación con los demás, sino que con esos mismos pocos recursos pudo pasar de una situación de pobreza y grandes privaciones en los años cuarenta a una gran prosperidad. En resumen, hay que buscar algo más, y eso siempre pasa por las condiciones en las cuales la gente trabaja. Porque el deseo de las personas de mejorar su propia condición es universal, y lo comparten los bolivianos y los canadienses; por lo tanto, si se vive mejor en Canadá que en Bolivia la clave no pasa ni por los recursos ni por los esfuerzos de las personas, sino por las condiciones que facilitan la posibilidad de que esos recursos y esos esfuerzos se conviertan en riqueza para los ciudadanos. Y esas condiciones pasan por unas dosis mínimas de paz, justicia y libertad. Si existen, todos los países pueden salir adelante. Si no existen, no habrá recursos ni esfuerzos suficientes para generar y fomentar la prosperidad de un pueblo.