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Respuesta:
El objetivo de este trabajo es analizar cómo los cambios de la política latinoamericana han puesto de manifiesto la disminución de la influencia de Argentina en la región, teniendo en cuenta que a lo largo del siglo pasado este país había tenido un lugar prominente que pareció abandonar en la primera década de la nueva centuria. Para el desarrollo de este objetivo consideramos tres cuestiones.
En primer lugar describimos la paradoja latinoamericana, que fue la embrionaria fragmentación política surgida en el marco de una creciente integración regional. En el fin del siglo XX, América Latina pareció encaminarse definitivamente hacia la integración, después de que numerosos y diversos obstáculos se lo impidieron.1 En este sentido los avances logrados fueron extraordinarios con respecto al pasado. Sin embargo hubo contrariedades que reprodujeron situaciones que eran conocidas y que de algún modo contribuyeron a la mencionada fragmentación. Entre otras situaciones, en este trabajo subrayamos las importantes diferencias intrarregionales que los distintos acuerdos de cooperación y estructuras de integración que se fueron configurando a través del tiempo, no pudieron reducir y menos aún eliminar. También, ponemos el acento en la presencia permanente de Estados Unidos en la región que, como variable interviniente, a toda costa ha tratado de validar su hegemonía hemisférica.
Luego, siguiendo la descripción precedente, tratamos específicamente el impacto del surgimiento de los liderazgos regionales que, en los albores del siglo XXI, se transformaron en una fuente de cambio de la política latinoamericana. Este acontecimiento, de amplia repercusión política y diplomática, modificó las relaciones de poder y Argentina fue uno de los países que más sintió esta nueva realidad. Justamente a través de esta cuestión estimamos primordial observar la magnitud que alcanzaron los liderazgos para tratar de comprender la escasa presencia de Argentina en el mapa del poder latinoamericano, sobre todo a partir de la jerarquía que adquirieron Brasil y México como potencias regionales.
Ese tratamiento nos permitió desarrollar la tercera cuestión relacionada con el objetivo del trabajo. Para poner en evidencia la disminución de la influencia de Argentina en la región hemos seleccionados tres aspectos. Uno de ellos es la consecuencia que tuvo para el citado país el espectacular aumento del poder brasileño, que terminó redefiniendo la geopolítica sudamericana. Otro aspecto elegido es lo emblemático que resultó la decisión norteamericana de sustituir a Argentina por Colombia en su diseño hegemónico destinado al subcontinente. Una decisión emblemática porque dejó de considerar a Argentina como potencia regional secundaria. Por último examinamos la relación de éste país con Venezuela que, por su carácter circunspecto, no representó la asociación con Chávez que otros actores pretendieron difundir, pero sí demostró que para Buenos Aires aquella relación —en términos de política regional— estuvo lejos de ser trascendente.
Explicación:
dame coronita porfa