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Tras la desaparición de la civilización micénica los griegos formaron pequeñas comunidades, que evolucionaron en el siglo VIII a.C. y se convirtieron en ciudades. Estas ciudades se conocieron con el nombre polis. Estas ciudades-estado estaban organizadas alrededor de un ágora, que es un espacio abierto donde los habitantes acudían para comerciar y relacionarse con otras gentes. Es en este sitio donde tiene lugar la vida pública de la polis y donde surge la filosofía.
El estilo de vida griego no se diferencia demasiado del estilo de vida de las sociedades actuales europeas. Por ejemplo, en lo que se refiere a la alimentación, los antiguos griegos solían hacer tres comidas al día:
Desayuno: compuesto de pan de cebada mojado en vino.
Almuerzo: el cual se tomaba al mediodía o al principio de la tarde.
Cena: ésta era la comida más importante del día.
La alimentación de los griegos la constituía básicamente los cereales, trigo y cebada, ya que eran alimentos más baratos que todo habitante se podía permitir. El pan era un alimento básico el cual se solía combinar con verduras, cebolla, carne, pescado, fruta, etc. Sin embargo las verduras escaseaban por lo que eran caras (salvo las lentejas y las habas) y por tanto era un alimento para la clase adinerada.
La carne también era rara, excepto la de cerdo, y los pobres de la ciudad sólo la comían con alguna ocasión de algún sacrificio debido a fiestas religiosas o acontecimientos importantes. De esta forma el pescado era más común que la carne por lo que, cuando en el mercado el pescado sufría una subida de precio, la gente humilde era la principal afecta al privarse de uno de sus platos cotidianos.
Quienes cocinaban eran las mujeres de la casa, sobre todo las esclavas. Casi todas las comidas se tomaban con los dedos, pues no conocían el tenedor aunque si usaban el cuchillo y la cuchara. Además utilizaban platos y vasos de barro o metal, en los cuales solía haber agua, leche o vino.
Por otra parte encontramos la vestimenta de los habitantes de la antigua Grecia. El antiguo vestido griego, y también romano, no se adaptaba a la forma del cuerpo mediante el corte y la costura, era un vestido suelto. Consistía simplemente en un rectángulo de tela, que envolvía muy libremente el cuerpo y sólo lo sostenía en algunos casos un cinturón, broche o algunos puntos de costura.
Los hombres no llevaban ropa interior debajo de la túnica. El modelo más sencillo de túnica era la exómida, prenda que dejaba un hombro al descubierto; era el vestido de trabajo por excelencia de los esclavos, así como de todos los obreros libres y la mayoría de los soldados.
Por otro lado la vestimenta de las mujeres no difiere del masculino. Se trata del peplo, una especie de chal de lana atado a los hombros que usaban tanto esclavas, como mujeres del pueblo, campesinas y al principio la clase más refinada.
Por último los atenienses no solían usar zapatos en casa, pero fuera se utilizaban por lo general zapatos y sandalias. Los zapatos de las mujeres tenían formas mucho más variadas y elegantes que los de los hombres.
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