Respuestas
Respuesta:
Idries Shah es director de estudios del Institute of Cultural Research, sociedad reconocida por el Ministerio de Educación (Departamento de Educación y Ciencia), de la Gran Bretaña. El caballo mágico es una selección procedente de Caravan of Dreams, entretenida colección de extractos, traducciones, pensamientos y enseñanzas que aporta al lector la esencia misma de Oriente Medio y de Asia Central.
El caballo mágico procede de la Colección Sarmuni, y fue incluido por Idries Shah en su obra Caravana de sueños de la que forman parte los demás relatos contenidos en este volumen. Las aventuras del maestro Nasrudín fueron reco- piladas, de fuentes orales, por el autor; la historia de Mushkil Gusha fue tomada de narradores de cuentos; Engañando a la muerte y El príncipe de la oscuridad son aportaciones de Anima Alí Shah; Hospitalidad ha sido transmitido, a través de los tiempos, por tradición oral; El hombre, la serpiente y la piedra, de reci- tales derviches; Los mogoles, de la plática de sobremesa, de Khoja Anis. Otros son originales del autor o forman parte de recitales de folclore.
Explicación:
Cuando se escribe un prólogo se debe tener en cuenta quién será el lector de la obra que se presenta. Por ejemplo, si el libro es una compilación de cuentos para niños, en el prólogo pueden aparecer frases como: “En este libro encontrarás cuentos de todo el mundo...segu- ramente te divertirás leyéndolos...”; es decir, frases que tienen en cuenta al destinatario para hablarle directamente y por eso se elige el tú (segunda persona, más familiar) para estructurar las diversas frases que se usarán. Así, el autor del prólogo logra acercarse afectivamente al lector y lo motiva más puesto que le habla directamente.
Otras veces el autor del prólogo se dirige al lector usando el “usted” (segunda persona, más formal) expresando así un cierto distanciamiento que puede ser señal de respeto (“Usted, amable lector, encontrará aquí poemas escritos...”). También puede usarse la tercera persona del singular para referirse a un lector de forma más impersonal, sin buscar conexiones afecti- vas: “El lector encontrará en esta obra...”. Esta manera de referirse al lector crea una distancia entre él y quien escribe el prólogo; solo se hace referencia al lector de una manera muy indirecta.
En realidad, siempre que se escribe algún texto se piensa en el posible lector. La imagen que se tenga de él (qué tanto puede saber de un tema o asunto, qué edad tiene, de dónde es..., etc.) definirá no solo cómo podemos dirigirnos a él en nuestro escrito, sino qué tipo de información podemos ofrecerle, cuánta y de qué manera (más respetuosa, distante o cercana, coloquial...).