Respuestas
Respuesta: MITO
Desde la época de la conquista española, esta región cuenta con una fuente inagotable de historias sorprendentes que han pasado de generación en generación y se han convertido en parte importante de las creencias populares de los pobladores de la Cordillera de los Andes. En esta parte del país son muy comunes las historias de fantasmas que aparecen después de la medianoche y las casas embrujadas que aterrorizan a todo aquel que quiere poblarlas.
Los mitos colombianos de esta parte del país son sorprendentes, pues en su mayoría, recurren a seres espeluznantes para narrar la lucha entre el bien y el mal. El Cucacuy y el Patetarro son dos —de las muchas— criaturas extrañas de la región Andina.
El Cucacuy es un misterioso hombre que deambula desnudo por las frías calles del departamento de Boyacá. Se dice popularmente que encierra varios demonios en el calabozo que está en la parte superior de su bordón.
El Patetarro es un hombre grande y desagradable que reemplazó la mitad de su pierna faltante por un tarro para poder caminar por los montes del departamento del Quindío. Para los campesinos su arribo es un mal presagio por las plagas y malas noticias que trae en su andar
Explicación: LEYENDA
La madre de agua
Dicen que en los ríos y manantiales colombianos se aparece el fantasma de una hermosa mujer, a la que conocen como la Madre de Agua, o la Madre de Río. Cuentan que su cabello es dorado, su piel blanca y sus ojos verdes y grandes. Por el día, y a la vista del sol, su poder es espiritual y sanador.
Por la noche, su rostro refleja la fantasía. Atrae y seduce a los jóvenes quienes, al contacto visual, caen en estado de hipnosis y locura. Algunos más caen en las profundidades de manantial y nunca más son vistos. Para salir del hechizo, los jóvenes que sobreviven deben rezar acompañados por los adultos. Se cuenta además, que la Madre del Agua pasea por los lagos cristalinos montada en delfines, peces y cocodrilos.