• Asignatura: Historia
  • Autor: vale201617
  • hace 4 años

poema indigena o canción o leyenda plusas doy coronira​


XxraulxhdzXx: NONANTZIN – MADRECITA MIA EN NAHUATL

Nonantzin ihcuac nimiquiz,
motlecuilpan xinechtoca
huan cuac tiaz titlaxcal chihuaz,
ompa nopampa xichoca.

Huan tla acah mitztlah tlaniz:
-Zoapille, ¿tleca tichoca?
xiquilhui xoxouhqui in cuahuitl,
techochcti ica popoca.

Traducción al español

Madrecita mía, cuando yo muera,
sepúltame junto al fogón
y cuando vayas a hacer las tortillas
allí por mí llora.

Y si alguien te preguntara:
-Señora, ¿por qué lloras?
dile que está verde la leña,
hace llorar con el humo.

Respuestas

Respuesta dada por: pedroalidiaz
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Respuesta:

La infiel Fura-Tena Cuenta el mito que la tierra estaba cubierta de flores y frutos de toda especie, pero que estaba vacía y triste, puesto que no existían los seres humanos. El dios Are, que regía los destinos de la Tierra, se percató de la lobreguez de ésta por no tener seres humanos que la alegraran, y decidió crear una especie que la poblase.  

 De la orilla de un caudaloso rio tomó dos largos juncos y con el soplo divino los convirtió, a uno en hombre, y en mujer al otro. Los llamó, respectivamente, Fura (mujer) y Tena (hombre). Al darles vida les encomendó reproducirse y poblar la Tierra. Ellos serian felices y no conocerían ni el dolor ni la muerte y sí dichas sin límites. Desde luego esto tendría una condición: que fuesen mutuamente fieles. porque a cualquiera que traicionase al otro con el adulterio le sobrevendrían todos los males. Luego de formular esta exigencia, Are desapareció en los confines cósmicos, rumbo a su morada celestial.Vea tambien: “Los derechos menstruales son fundamentales para tener una vida digna” Las esmeraldas cundiboyacenses de la inmortalidad La vida de Fura y Tena transcurría bucólica, feliz. Empero, un día un apuesto joven según él, buscaba una hermosa piedra verde que daba la inmortalidad a los seres humanos. Inútil era la búsqueda. Sin embargo, algo insólito se estaba fraguando por los lados del destino. El joven se encontró con la bella cacica Fura, a quien le comunicó la razón de su presencia en esos contornos. Al cabo de mucho insistir el gallardo joven, la cacica accedió a ayudarlo en la pesquisa. Así pasó el tiempo, hasta que el joven y Fura se enamoraron locamente el uno del otro. Y ese amor se consumó. Pero el tiempo no pasaba inútilmente. Fura comenzó a sentir remordimiento y fue entonces cuando decidió retornar donde su abandonado esposo Tena. Desde el mismo instante en que este vio a su esposa, adivinó todo lo ocurrido: ¡Su mujer le había sido infiel! Las arrugas y el marchitamiento de la cara de Fura y de su cuerpo no dejaban duda alguna de que ella había violado el mandato del dios Are. Su inmediata reacción fue la de quitarse la vida, lo que hizo abriéndose el pecho. Su mujer, desesperada, lo tomó en sus brazos y, según la costumbre, lo colocó sobre las rodillas.  

 Así debía permanecer durante ocho días, sin que en momento alguno lo desamparase. La envejecida Fura, llena de remordimiento, lloraba incansable. Y por voluntad de Are, esas lágrimas iban tomándose en hermosas esmeraldas al ser besadas por el Sol.

Explicación:

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