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El reino de los hermanos.
Había una vez un imperio el cual estaba gobernado por un gran hombre llamado Fernando, tenía tres hijos pero cuando él muriera su heredero al trono iba a ser su primogénito y seguiría su legado de la misma forma como Fernando lo hizo.
Un día llego a población una terrible enfermedad contagiosa y muchas personas murieron, entre esas personas murieron Fernando y su hijo primogénito, ahora ya el trono no tenía heredero y sus dos hijos con vida querían tomar este trono.
Toda la población se dividió, una parte del pueblo estaba a favor de Enrique el de mayor de ambos, y la otra parte estaba con Sebastián, el menor. De esta forma empezó una guerra civil en la población, todo por escoger quien sería el heredero del trono.
Habían pasado semanas desde que inicio la guerra y muchas muertes en estas confrontaciones, pero ningún hermano accedía a rendirse. Un día Enrique encontró una carta de su padre que nunca nadie había leído, en esa carta el padre se despedía ya que él sabía que se iba a morir cuando la escribió. En la carta escribió que su mayor deseo era que su legado siguiera después de su muerte y que lo más importante para él era la felicidad y la armonía de su pueblo. Esto le toco el corazón a Enrique y no pudo soportar seguir en esa situación, así que decidió hablar con su hermano.
Ambos se reunieron y Enrique le contó a Sebastián sobre la carta de su padre y se la mostró. Los dos lloraron como niños y se abrazaron, se dieron cuenta que lo que habían causado era un completo error. Desde ese momento detuvieron la guerra y decidieron que los dos iban a gobernar al mismo tiempo como buenos hermano y seguirían el legado de su padre, brindando paz y armonía a todo el pueblo.