la historia de la escultura del arte antiguo ,llamada Discobolo de mirón?coronita mejor respuesta
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Atribuida al escultor Mirón de Eleuteras, es probable que el Discóbolo haya sido elaborado originalmente en bronce hacia el año 450 a.C. ... Copia romana en mármol hallada en 1781 (copia también conocida como Discóbolo de Lancelotti). El conocimiento de esta escultura ha llegado a nosotros por medio de copias romanas.
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La escultura conocida como el Discóbolo de Mirón forma parte de los grandes tesoros del arte de la Antigüedad Clásica, junto a piezas como la Victoria de Samotracia, Laocoonte y sus hijos y la Venus de Milo. Atribuida al escultor Mirón de Eleuteras, es probable que el Discóbolo haya sido elaborado originalmente en bronce hacia el año 450 a.C.El conocimiento de esta escultura ha llegado a nosotros por medio de copias romanas. La más conocida y mejor lograda de estas copias fue ejecutada en mármol y se encuentra actualmente en el Museo Nacional Romano, en Italia. Esta y las otras copias nos permiten tener una idea de cómo pudo haber sido la escultura original. Conozcamos sus principales características, su función y su significado.El discóbolo es una escultura de bulto redondo que representa a un atleta justo en el momento de preparación para el lanzamiento del disco, una de las competiciones atléticas legadas por la Antigüedad Clásica.
En la base de la escultura, podemos ver un tronco como de una palmera, que el artista ha dejado allí para servir como soporte a la pieza.
La representación supone el instante de la máxima concentración mental y física del atleta en cuestión. El cuerpo se flexiona preparando el lanzamiento. El atleta se prepara para arrojar con toda su fuerza el disco que seguirá la línea de la pierna derecha tras el movimiento de los brazos bien balanceados y arqueados.
Los brazos se expanden cual sendas hélices, dando a entender la búsqueda del equilibrio en el movimiento así como el impulso dinámico. Estos brazos extendidos forman una línea semicircular que comienza en el disco y acaba apenas en la mano izquierda del atleta. Dé esta manera, el cuerpo del atleta prefigura una suerte de arco con sus brazos y la inclinación de sus piernas, anunciando la tensión que permitirá el lanzamiento. Asimismo, la inclinación del torso hacia adelante, junto a la flexión de las piernas, forma una línea sinusoidal que va desde la punta de la cabeza hasta la punta del pie.
Sin embargo, no hay signos reconocibles de esfuerzo en el rostro. Por el contrario, el atleta tiene el rostro sereno, sin emoción ni tensión, como si aquella actividad no representara una fuerza importante. La inexpresividad del rostro contrasta con los detalles que el escultor realza en el cuerpo del atleta. Podemos ver la tensión muscular, las venas que sobresalen, el busto, las costillas y algunas articulaciones. Para el historiador de arte Ernst Gombrich, el escultor ha puesto en práctica un recurso heredado del arte egipcio, si bien la pieza original está perfectamente enmarcada en el período clásico griego (siglo V a.C.). Notamos que el escultor ha dejado los hombros en posición frontal mientras que sus extremidades inferiores se hayan de perfil, como si se tratara de una trasposición escultórica de los principios de la pintura egipcia.
Junto a esto, Gombrich destaca el contraste que significa el detallado trabajo anatómico que aplica el escultor en las manos de la figura, lo que rompe el hieratismo egipcio evocado en la visual general. Ciertamente, el escultor ha sido un maestro al convencernos de la naturalidad de una postura que no corresponde con la realidad.
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