• Asignatura: Filosofía
  • Autor: andricaracas198830
  • hace 4 años

Por que el conocimiento de hechos es el nivel mas importante para hume ?

Respuestas

Respuesta dada por: licenciadoraulaquino
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Respuesta:

Hume no estaba en absoluto satisfecho con la manera en que Locke utilizaba el término «idea» para referirse a todo lo que conocemos (el color que vemos, el dolor que sentimos, etc., eran denominados «ideas» por Locke, como ya hemos indicado). En consecuencia, reservó la palabra «idea» para designar solo ciertos contenidos del conocimiento o percepción.

Vea el lector esta página y, a continuación, cierre los ojos tratando de imaginarla. En los dos casos la estará percibiendo (o conociendo), si bien entre ambos existe una notable diferencia: la percepción de la página es «más viva» cuando la vemos que cuando la imaginamos.

Hume denomina al primer tipo de percepción «impresiones» (conocimiento por medio de los sentidos), y al segundo tipo, «ideas» (representaciones o copias de las impresiones en el pensamiento). Las ideas son más débiles, menos vivas que las impresiones.

El ejemplo que hemos utilizado pone, además, de manifiesto que las ideas proceden de las impresiones, son imágenes o representaciones suyas.

Al clasificar los elementos del conocimiento en impresiones e ideas, Hume sienta las bases del empirismo más absoluto. Las consecuencias que se derivan de este planteamiento son más radicales que las derivadas del de Locke.

Con esa formulación, en efecto, se introduce un criterio tajante para decidir acerca de la verdad de nuestras ideas. ¿Queremos saber si una idea cualquiera es verdadera? Muy sencillo: comprobemos si procede de alguna impresión.

Si podemos señalar la impresión de la que procede, estaremos ante una idea verdadera; en caso contrario, estaremos ante una ficción. Nuestros conocimientos están, pues, limitados por las impresiones.

1.2 Tipos de conocimiento

Además de la diferenciación entre impresiones e ideas, Hume introduce una importante clasificación relativa a los modos de conocer. De acuerdo con esta distinción, nuestro conocimiento es de dos tipos: conocimiento de relaciones entre ideas y conocimiento factual, de hechos.

Relaciones entre ideas

Tomemos la siguiente proposición: «El todo es mayor que sus partes». La verdad de esta proposición no tiene nada que ver con los hechos, con lo que pase o suceda en el mundo; es independiente de que haya todos y haya partes: sean cuales sean los hechos, se trata de una proposición verdadera. Este conocimiento no se refiere, pues, a hechos, sino a la relación que existe entre las ideas de todo y de parte.

Las relaciones entre ideas se formulan en proposiciones analíticas, en las que el predicado está contenido en el sujeto y que son necesariamente verdaderas.

Conocimiento de hechos

Aparte de las relaciones entre ideas, nuestro conocimiento puede referirse a hechos: el conocimiento que tengo de que ahora estoy leyendo, de que hace un rato escuchaba música, de que dentro de unos instantes hervirá el agua que he colocado sobre el fuego, es un conocimiento factual, de hechos.

El conocimiento de hechos no puede tener, en último término, otra justificación que la experiencia, que las impresiones.

De este tipo de conocimiento nos ocuparemos en las explicaciones siguientes.

1.3 La crítica humeana a la idea de causa

El conocimiento de hechos y la idea de causa

Aplicando este criterio en sentido estricto, nuestro conocimiento de los hechos queda limitado a las impresiones actuales (es decir, lo que ahora vemos, oímos, etc.) y a los recuerdos (ideas) actuales de impresiones pasadas (es decir, lo que recordamos haber visto, oído, etc.), pero no puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no tenemos impresión alguna de lo que sucederá en el porvenir (¿cómo vamos a tener impresiones de lo que aún no ha sucedido?).

Ahora bien, en nuestra vida contamos permanentemente con que en el futuro se producirán ciertos hechos: vemos caer la lluvia a través de la ventana y tomamos precauciones, contando con que la lluvia mojará lo que encuentre a su paso; colocamos un recipiente de agua sobre el fuego contando con que se calentará. Sin embargo, solo tenemos la impresión de la lluvia cayendo y del agua fría sobre la llama. ¿Cómo podemos estar seguros de que posteriormente tendremos las impresiones de los objetos mojados y del agua caliente?

Hume observó que en todos estos casos (esto es, tratándose de hechos), nuestra certeza sobre lo que acontecerá en el futuro se basa en una inferencia causal: estamos seguros de que las cosas bajo la lluvia se mojarán (en vez de ponerse azules, por ejemplo) y de que el agua puesta al fuego se calentará (en vez de enfriarse más, por ejemplo), basándonos en que el agua y el fuego producen esos efectos. La lluvia es causa, el fuego es causa, y sus efectos respectivos son el mojarse y el calentarse de aquello sobre lo que actúen.

Explicación:

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