• Asignatura: Filosofía
  • Autor: betoismael
  • hace 9 años

¿que es filosofar para socrates?
¿como ayuda la filosofia al crecimiento personal?
¿que significa tener un acto filosofico?
a travez de un ejemplo, explica que relacion tiene la filosofia con la ciencia.....

XFAVOR PARA OIDIA .......AYUDENME GRACIAS...

Respuestas

Respuesta dada por: linaosorio22linita
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Podríamos hablar durante horas acerca de los beneficios de vivir con sabiduría, pero antes debemos darle una razón, una explicación a dicha palabra. 

Durante siglos hemos buscado explicaciones; hacemos preguntas desde nuestros primeros años, todo nos resulta una incógnita y nos emociona saber, descubrir. Está en nuestra naturaleza, en cada uno de nosotros, sin distinción de razas ni elites sociales. Esto es ser filósofo, amar la sabiduría, buscarla y hacerla vida. No alcanza solo con estudiar y buscar respuestas si no se llevan a la práctica. La práctica de la filosofía es lo que nos ayuda a vivir plenamente, no dejando que ningún estado, circunstancia ni persona alguna nos condicione y, menos aún, nos quite esa sed de conocimiento.

No olvidemos que la sabiduría no se posee, no es de nuestra propiedad, jamás dejamos de aprender. Si creyéramos que somos poseedores de la sabiduría, no seríamos filósofos; seríamos ignorantes con algo más de información que otros, incapaces de superarnos, asumiendo sin filtro todo lo que nos llega de fuera. Parte de ser filósofos es ser humildes, solidarios. La filosofía nos orienta en nuestra búsqueda, es nuestro bastón, nuestro guía, nuestro mapa de vida. La filosofía es, o debería ser para poder gozar de su magnificencia, SABIDURÍA + ACCIÓN. 

Sin darnos cuenta, en nuestra vida, vamos filosofando, en mayor o menor medida, pero cuando tomamos conciencia de lo mucho que podría modificar nuestra existencia tener una filosofía de vida, comenzamos a ser felices. La felicidad nos vuelve libres de tomar lo que el universo nos ofrece, elegir lo que nos hace bien o mal; tenemos la capacidad de hacerlo y trasladarlo a quienes nos rodean. De hecho, la filosofía aplicada a la sociedad siempre ha buscado encontrar fórmulas para aprender a convivir. Confucio fue un buen ejemplo de ello, tanto en su filosofía como en su tarea política. ¿Cómo puedo yo ayudar a Juan o a una ONG de la India si no me comprendo ni a mí mismo? 

Si quisiéramos darle un marco histórico, tendríamos que considerar algunos puntos de vista, tales como el de Sócrates o Laotze, quienes querían que sus ideas fuesen de utilidad. Entendían la filosofía como una forma de vivir, como una técnica de la vida interior, no una disciplina académica, una gimnasia mental; es decir, no solo objeto de estudio, sino también de aplicación. 

Los primeros filósofos helénicos llamaron ética a esa parte de la filosofía que estudia la educación del ser humano, como base de la idea de la superación y mejora personal, lo que actualmente llamamos “crecimiento personal”, el estudio de las famosas virtudes (las potencias que tenemos, nuestros mejores valores). Consideraron la ética como parte fundamental de la educación para niños y jóvenes. 

Educación es hacer surgir las cualidades que están dentro del individuo. La verdadera pedagogía es aquella que despierta el potencial de aprender, educa sin deformar, informa sin mentir, despierta el alma y las fuerzas interiores que existen en todos los seres humanos. Una educación que considere la ética filosófica parte importante de la formación actual llenaría un espacio que hoy en día nuestros jóvenes encuentran vacío. Ortega y Gasset opinaba que al progreso intelectual le ha acompañado un retroceso sentimental; a la cultura de la cabeza, la incultura del corazón. 
“Educa a los niños para no tener que castigar a los hombres”, decía Pitágoras. 

La filosofía ha sido considerada, no solo por los antiguos, sino por muchos contemporáneos, como medicina del alma, porque quizás no otorgue “la sabiduría”, pero favorece un estado robusto de ánimo para superar las dificultades que se amontonan frente a nosotros. Y qué mejor aspecto de esa “medicina” que el buen humor, que nos da el juego, la risa, la alegría. La mejor manera de aprender es jugando. 

El humor y la filosofía están construidos con la misma materia, juegan con la mente de una forma parecida. Esto es así porque la filosofía y el humor proceden del mismo impulso: alterar nuestra manera de ver las cosas, darle la vuelta a nuestro mundo y desvelar verdades escondidas, a menudo incómodas, sobre la vida.


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