Respuestas
La economía de Bizancio estuvo, prácticamente siempre, bajo el control
del Estado. Éste precisaba de grandes sumas para mantener el esplendor de la
corte, la administración, el ejército o la población inactiva de Constantinopla,
pero, además, la propia concepción del poder imperial suponía que todo debía
estar bajo el control del emperador. Los ingresos del Estado procedían,
fundamentalmente, de los impuestos que se cobraban sobre la propiedad y de los
derechos de aduanas; también la industria enriqueció las arcas imperiales, ya
que la producción de algunas manufacturas como la seda, fue monopolio del
Estado.
El
comercio fue, sin duda, la gran base de la economía bizantina, aunque esta
actividad ocupó tan sólo a una minoría de la población. Constantinopla supo
aprovechar su privilegiada situación geográfica, que hacía de la ciudad paso
obligado de las caravanas que ponían en contacto Oriente y Occidente. Buscando
un máximo aprovechamiento de la actividad comercial, y para favorecerla, los
emperadores se ocuparon de mantener una economía monetaria basada en monedas de
oro, cuyo prestigio se extendió por todo el Mediterráneo en Occidente y hasta
la India en Oriente (hasta en Ceilán se reconocía el besante de oro bizantino).
Los
productos que pasaban por Constantinopla eran fundamentalmente productos de
lujo y materias primas. Entre los más destacados estaban la seda de China, el
marfil, la mirra, el incienso y los perfumes de África; maderas preciosas y
especias de India; pieles, caviar, ámbar del norte de Europa y todo tipo de
telas lujosas, joyas y productos exóticos de cualquier lugar, así como el trigo
de Egipto y Siria mientras fueron territorios bizantinos y de Ucrania después.
Saludos, y suerte con tu tarea.