• Asignatura: Castellano
  • Autor: ajm1905
  • hace 4 años

La vuelta al mundo de Julio Verne
Julio Verne. He ahí un tipo que descubrió el siglo XX dentro del siglo XIX, lo que viene a ser como adivinar la Edad de los Metales en medio de la Edad de Piedra. A mí me parece que a Julio Verne le llevaban los diablos porque el traje del XIX le venía pequeño. Podría haber acabado en el frenopático, pero canalizó a través de la escritura la mala sangre que le provocaba vivir dentro de una época con cuatro tallas mentales menos de las que le correspondían. Nacido en 1828, año de la invención del hormigón, vivió hasta 1905, en que se descubrió el acero inoxidable. En solo 13 años (de 1863 a 1876) publicaría, entre otros muchos, títulos tan definitivos como Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, Veinte mil leguas de viaje submarino, Los hijos del capitán Grant, La vuelta al mundo en 80 días y Miguel Strogoff. Julio Verne fue víctima de una capacidad de anticipación asombrosa. Por su cabeza, y antes de que llegaran a la realidad, pasaron el submarino, el helicóptero, el rayo láser, la videoconferencia, los paneles solares e, incluso, Internet. Exageraciones, dirán algunos. Bueno, basta observar las coincidencias entre su vuelo imaginario a la Luna y el del Apolo 11, llevado a cabo realmente cien años más tarde, para aceptar sin reservas el adjetivo de visionario. Tanto en la novela como en la realidad, por ejemplo, la tripulación se compone de tres personas. La nave de Verne y la de la NASA tenían forma cónica y medían y pesaban prácticamente igual. Lo mismo podemos decir de la velocidad alcanzada por una y por otra nave, así como de la duración del viaje. Verne se proyecta desde su época hacia la nuestra y la nuestra les devuelve la imagen gracias a los avances prefigurados por él. Uno de ellos es precisamente Internet. En 1863, y después del gran éxito de Cinco semanas en globo, escribió una novela titulada París en el siglo XX que su editor habitual, Pierre Jules Hetzel, le aconsejó guardar en el cajón, pues, además de no alcanzar el nivel de la anterior, se mostraba en ella muy pesimista respecto al futuro. La acción discurre en 1960, en un París en el que hay rascacielos de vidrio, automóviles, calculadoras y, ¡atención!, una red mundial de comunicaciones que se concreta en una especie de telégrafo global que evoca la idea de la Red. En ese París imaginado, las humanidades ya no forman parte de los planes de estudio y escritores de la talla de Víctor Hugo han pasado al olvido. Las finanzas, en cambio, ocupan un espacio tal que el dinero ha dejado también de ser un instrumento del hombre para convertirse el hombre en un instrumento de él.
1 Lee el artículo de Juan José Millás
2 Busca tres ejemplos de mecanismos de cohesión léxica y tres ejemplos de mecanismos de cohesión gramatical extraídos del texto.

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Respuesta dada por: unairra7
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