Respuestas
Respuesta:
El gen extraño que interesa transferir se inserta en el virus mutilado o en plásmidos, generalmente de la bacteria Agrobacterium tumefaciens, que en la Naturaleza coloniza una amplia gama de plantas y transfiere su propio ADN a las células vegetales huésped, formando tumores que conocemos con el nombre de agallas. A continuación se infecta un cultivo de células vegetales con el virus recombinante o con cepas mutiladas de A. tumefaciens portadoras del plásmido con el transgen. También se puede introducir el ADN extraño en las células mediante microinyección, mediante electroporosis o mediante el bombardeo con microproyectiles recubiertos de plásmidos recombinantes.
En todos los casos, el ADN extraño transferido ha de ir acompañado de una secuencia genética “promotora” que active su expresión en la célula huésped. El promotor es el interruptor de encendido y apagado que controla cuándo y dónde se expresará el gen en la planta. Los promotores más utilizados en ingeniería genética proceden de virus y son promotores muy potentes, dado que su función es activar el gen extraño, que ha de burlar los mecanismos de regulación de la célula huésped. Hasta la fecha la mayoría de los promotores son constitutivos, que activan el gen durante todo el ciclo biológico de la planta y en la mayoría de los tejidos.
Además de la información genética que interesa transferir a la planta , y dado que las tecnologías de ingeniería genética tienen un amplio margen de error, para poder seleccionar las células vegetales transformadas se inserta en el vector un gen “marcador”. En la mayoría de las variedades transgénicas desarrolladas hasta la fecha, el “marcador” utilizado ha sido un gen de resistencia a los antibióticos, que hace que determinadas bacterias sean resistentes a la acción de los antibióticos. La incorporación de este gen “marcador” permite eliminar las células que no han adquirido el ADN extraño mediante el sencillo procedimiento de tratar con el antibiótico el cultivo celular sometido al proceso de manipulación genética. Se supone que todas las células que sobreviven a este tratamiento han incorporado la información genética deseada.