• Asignatura: Castellano
  • Autor: ricardosamy2004
  • hace 4 años

resumen del mosaiquito verde​


Anónimo: No estoy i.d. io.t.a para no darme cuenta
Anónimo: Jaja
ricardosamy2004: xdd los quiero
Anónimo: Yo los amo..
Anónimo: Yo los amo demasiado
Anónimo: Y yo también los amo un chingó
Anónimo: Oye wey ya te diste cuenta de que le eliminaron la cuenta al vato
ricardosamy2004: sii
ricardosamy2004: pobrecito
Anónimo: Chale ya lo perdimos.

Respuestas

Respuesta dada por: Anónimo
2

→Tarde gris de octubre. Ráfagas de aire frío arrastran por las calles papeles y hojas amarillas, haciendo un ruido menudo y seco que va rasguñando el pavimento. Raudo corre el viento arremolinado el polvo. Tarde gris de octubre.

Calle abajo patinaba Enrique. Ruidos subterráneos parecían despertar a su paso. Patinaba despacio. La ausencia de preocupaciones reflejadas en su rostro que ya comenzaba a perder las suaves redondeses de la niñez. Revuelto el pelo ensortijado, firmes las piernas, toscas las manos de colegial, duro el cuerpo por el pelear frecuente.

Era octubre y significaba poco estudiar. ¡Los exámenes estaban tan lejos! Y ya eran recuerdos los sustos de julio. Aquellos exámenes no habían sido tan difíciles como dijo serian el bachiller Monzón. Ahora era octubre. Mes sin libros. Mes de viento frío.

Enrique paró en la esquina. Frente a él la plaza. Buscó a sus compañeros de juego. Pero ninguno estaba allí. Volteó la cara con un gesto de fastidio hacia la calle que aparecía a su izquierda y tornó a patinar. Ya no hacia esfuerzos por patinar.

De pronto pasó frente a una casa verdosa situada casi al llegar a la otra esquina y notó que en una de las ventanas una muchacha leía un libro. ¿Quién era aquella muchacha? El no recordaba haberla visto antes. Quizás era nueva en el barrio. Pero la verdad era que le había gustado. ¡Por fin le gustaba una muchacha! ¿Que era eso de tener una muchacha? Recordaba que casi todos los internos en el colegio tenían en sus cuartos retratos de mujeres. Y ellos decían: “Es mi muchacha”

Ya era noche. Tendría que irse. A su padre no le gustaba que él llegara cuando ya estaban sentados en la mesa.

Los amigos siempre decían cuando les gustaba una muchacha: “Me le voy a parar en la ventana”. ¿Pero, qué diría él si se paraba en la ventana?La amistad de Ernesto y el hermano de Luisa se estrechaban más. Y con ello aumentaba la inquietud de Enrique. Una tarde se encontraba Enrique parado en la ventana charlando con Luisa, y era tal la atracción de ambos que no observaron a Ernesto y al hosco hermano quienes veían por la misma acera de la casa.

Cuando Enrique pudo verlos ya estaban a pocos pasos de él. Luisa al darse cuenta también pidió nerviosa a Enrique que se fuera. Enrique se retiro de la ventana y empezó a caminar despreocupado. Cuando de pronto lo ataja el hermano de Luisa y comienza a insultarlo y amenazarlo de darle una paliza si seguía enamorando a su hermana. La rabia le subía poco a poco por las venas a Enrique. Pero no tubo fuerzas para responderle. A todas estas el patiquín quién estaba callado sintió bríos por la retirada de Enrique y tomo la ofensiva. Ernesto asegurando los anteojos empezó a bailotear delante de Enrique buscando pelea. Chocaron violentamente. Se daban golpes con fuerza.

La algarabía de la pelea había reunido algunos transeúntes que procedieron a desapartarlos. Se pasaron las manos por la cara para constatar si había sangre, se alejaron en direcciones opuestas. Los transeúntes quedaron comentando el suceso.

Ernesto no toleraba el haber sido golpeado por Enrique. La idea de vengarse se había convertido en una verdadera obsesión. Pero no pensaba en vengarse con sus propias manos. En una casa, hacia oficios de repartidor a domicilio, y Ernesto pensó en él para realizar su venganza.

Cierto día por la tarde, mientras Enrique distraído en sus tardes amorosas, pasó por la acera el repartidor. Llevaba una caja en un hombro cargada de potes y paquetes. Al pasar frente a la ventana comenzó a provocar a Enrique. Al mirar al buscapleitos, quién había seguido su camino. Luisa fingiendo no haber oído nada.

Pero Enrique sabía lo que eran aquellas palabras. Ya que conocía la fama del repartidor y sabia que pasaría de nuevo para lo inesperado.

Enrique volteaba a cada rato a ver si venia el repartidor, era tanto su inquietud que Luisa pensó que estaba nervioso y le preguntó que era lo que le pasaba.

Las últimas palabras de Luisa empezaron a irritar a Enrique y terminaron por darle ánimos de pelear. De pronto alcanzó a ver el guapo que venia hacía él. Caminaba a trancos, balanceando el cuerpo. Silbando estrepitosamente. Empezó de nuevo con sus provocaciones y Enrique comprendió que no le quedaba otro recurso sino pelear. Acercándose al provocador con más miedo que cautela. El otro, en cosas de segundos lo molió a golpes. Y no satisfecho con darle bastante le cayó a mordiscos y patadas, de tal forma que el pobre Enrique tuvo que huir, con la ropa deshecha y todo el cuerpo magullado.

Enrique no atinaba a pesar. Después de aquel terrible desastre, ya se sentía definitivamente perdido. Pero todavía conservaba esperanzas y pensó que podría arreglarse la situación. Al día siguiente después de la pelea se llegó a la ventana para ver si había algún mensaje de consuelo. Tomó el mosaiquito verde y solo pudo encontrar en el polvillo arenoso.

Colocó desconsolado el mosaiquito verde, como una pequeña losa sobre su pequeño y difunto amor, y se alejo despacio.


ricardosamy2004: HÉROE
ricardosamy2004: muchas gracias
Anónimo: De nada
ricardosamy2004: men
ricardosamy2004: yo le reporte la cuenta al otro tal vez se la eliminaron por eso
ricardosamy2004: xdd
Anónimo: Ayy quien sabe
ricardosamy2004: xd
Anónimo: Ni modos ya que ya lo eliminaron.
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