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Son componentes orgánicos que es necesario sean ingeridos con la dieta en pequeñas cantidades, porque el organismo humano no es capaz de producir. Son imprescindibles para mantener múltiples funciones corporales normalmente, tales como: crecimiento, desarrollo, metabolismo, defensa e integridad celular.
Se clasifican en dos grandes tipos de acuerdo a su forma de absorción a nivel intestinal: hidrosolubles y liposolubles, las primeras son las del grupo B, la C y el ácido fólico y las segundas las A, D, E y K. Esto determina además su distribución a nivel de los tejidos corporales y su forma de almacenamiento y eliminación del organismo. Es por esto, que se debe conocer muy bien lo que se consume, en qué circunstancias y en qué cantidades.
Están ampliamente distribuidas en los alimentos desde los vegetales de todos los colores (y por ello la importancia del consumo de al menos 5 frutas y verduras del arco iris –verdes, blancas, moradas, rojas, amarillas, naranjas- diariamente), a huevo con yema, leche, pescado y carne vacuna o porcina.
Para que el sistema inmunitario funcione adecuadamente, es necesario un adecuado aporte de micronutrientes.
Permanentemente, en cada momento de nuestra vida desde que nacemos, estamos expuesto a distintas agresiones y nuestro sistema de defensas debe estar, no solo en estado de alerta, sino actuando contra la invasión de agentes patógenos externos como bacterias, virus, hongos, células cancerosas, etc. Esta respuesta frente a los agentes invasores puede entenderse en 2 sistemas interactivos: la inmunidad innata, que está presente desde el nacimiento y es la fuerza de “choque”, la primera en reaccionar y la inmunidad adaptativa, la que se va adquiriendo de acuerdo a la “experiencia” de cada individuo, a las vivencias y contactos que va teniendo, la infecciones que va enfrentando, las vacunas que recibe, son los anticuerpos que genera. Para que todo esto funcione en forma armoniosa es necesario que el individuo mantenga un adecuado estado nutricional fundamentalmente con un nivel adecuado de micronutrientes, vitaminas (A, D, E, C, B6, B 12 y folato) así como también algunos minerales (selenio, zinc, hierro y cobre).
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