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Imagina. Juan, el hombre más importante nacido de mujer muriendo por mano de un verdugo, en un subterráneo. Él fue decapitado simplemente porque se mantuvo firme con el requerimiento básico del sexto mandamiento. Es un modelo para todos/as nosotros/as.
Aunque Juan era muy estricto consigo mismo, no era exigente con los demás. Cuando los soldados le preguntaron qué hacer, él dijo simplemente: ”No intimiden. No extorsionen. Conténtense con su pago”. A los cobradores de impuestos: ”Cobren sólo la tasa de impuestos determinada”. Para el resto de nosotros el mensaje es bastante más simple: “Si tienes dos túnicas, da una a alguien que no tenga ninguna, y asegúrate de que nadie pase hambre.”
Juan Bautista sólo pedía a sus seguidores que prestaran servicio a los demás en forma razonable. Con ello anticipaba la forma de actuar de Aquél que vendría después de él.