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Respuesta:
Los pastores en los tiempos bíblicos enfrentaban peligros increíbles en el cuidado de sus ovejas, poniendo su propia vida en riesgo al luchar contra animales salvajes, como lobos y leones que amenazaban el rebaño.
-Con el fin de ser buenos pastores, tenían que estar dispuestos a dar su vida por las ovejas.
-Jesús declaró que Él es nuestro Pastor y lo demostró al dar su vida por nosotros.
“El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28).
-Como ovejas, nosotros también necesitamos un pastor.
-Los hombres somos ciegos espirituales y perdidos en nuestro pecado.
-Es por esto que Jesús habló de la parábola de la oveja perdida.
-Dios está usando la analogía de ovejas y su naturaleza para describirnos.
Jesus guía a las personas.
El pastor guía a su rebaño.
Ambos cuidan y guían por decirlo de alguna forma.