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El caudillismo es un fenómeno político y social surgido durante el siglo XIX en Latinoamérica. ... El caudillismo fue clave para la dictadura y para las luchas entre los partidos políticos decimonónicos. El poder de los caudillos se basaba en el apoyo de fracciones importantes de las masas populares.
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El trabajo aborda el fenómeno del caudillismo como figura de la historia latinoamericana subsistente al día de hoy. Ligado a la decadencia de la autoridad colonial, es distintivo de varios países en el siglo XIX. Es consecuencia del colapso del Gobierno central (México) y de fracturas en el aparato estatal y ascenso de movimientos de masas con líderes carismáticos (Argentina y Brasil) en el XX. A principios del siglo actual, Hugo Chávez posee rasgos que lo sugieren como caudillo posmoderno, en control de los recursos derivados del petróleo y del manejo de medios de comunicación, activos fundamentales en el movimiento en torno a su persona.
La figura de los caudillos puebla la historia, la leyenda y el imaginario político latinoamericano. El siglo XIX es pródigo en este tipo de dirigentes: Antonio López de Santa Anna, José Manuel de Rosas, Francisco Solano López, José Gaspar Rodríguez de Francia... El siglo XX tiene también una galería nutrida de caudillos: Porfirio Díaz y Álvaro Obregón en México; José Domingo Perón, "El Conductor de Argentina"; Getúlio Vargas, fundador del Estado Novo en Brasil, y hasta Rafael Trujillo, "El Benefactor" de los dominicanos; y la lista no se agota. El siglo XXI cuenta con Hugo Chávez, quien ha puesto al día el caudillismo latinoamericano, y de quien hoy, pese a muchos, solamente se puede hacer un balance provisional. Cada uno de los caudillos tiene su propio estilo, y no todos deben ser medidos con el mismo rasero. Algunos han sido dictadores a secas, como Santa Anna y Díaz; otros, razonablemente democráticos, como Hipólito Irigoyen –la figura sobresaliente en la Unión Cívica Radical durante el primer tercio del siglo XX, y derrocada por el general José F. Iraburu.1
El origen de la palabra caudillo viene del diminutivo latino caput, que significa "cabeza", "cabecilla", y aunque no existe una definición actual única e incontrovertible, tanto en términos académicos como populares el término evoca al hombre fuerte de la política, el más eminente de todos, situado por encima de las instituciones de la democracia formal cuando ellas son apenas embrionarias, raquíticas o en plena decadencia. Caudillismo e institución democrática son elementos situados en los extremos de una línea ascendente de la evolución política en donde el primero sería el "más primitivo" y el segundo el "más desarrollado".