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Esta breve novela relata la historia del moro Abindarráez y el cristiano Rodrigo de Narváez. La acción discurre entre 1410 y 1424, unos ciento cincuenta años antes de que la historia se escribiese. En aquella época, Juan II reinaba en Castilla en un momento de relativa paz después de la toma de Antequera por el infante Fernando y antes de que se retomase la conquista de Granada por Isabel la Católica.
El moro Abindarráez, noble y heroico Abencerraje granadino, se dirige a casarse en secreto con la hermosa Jarifa. No obstante, en el camino se encuentra con Don Rodrigo de Narváez, alcalde cristiano de Antequera y Álora. Luchan en combate singular, siendo ambos valientes; sin embargo, debido a que el cristiano "venía de refresco" y el moro estaba cansado y herido por haberse batido anteriormente con los escuderos del Narváez, Abindarráez pierde y cae prisionero.
Este le cuenta su historia: que es "Abindarráez el moro, de los Abencerrajes de Granada". Le dice que está enamorado de la hermosa Jarifa, siendo esos amores contrariados por el padre de ella. También añade que ella le había mandado aviso de que fuera a visitarla a Coín, que su padre se había ido a Granada, y hacia allá iba, de Cártama a Coín, a casarse con ella, cuando cayó prisionero del cristiano.
Entonces Rodrigo de Narváez, "espantado y apiadado", le ofrece ponerle en libertad para que pueda ir a casarse con Jarifa si, a cambio, regresa a su prisión al tercer día. Abindarráez se lo promete y Rodrigo le deja marchar. Ese mismo día llega a Coín y se casa con Jarifa. A la mañana siguiente, apenado, le cuenta a Jarifa que debe marcharse por la promesa. Ella intenta convencerle para que no se vaya, diciendo que envíe a cambio un rescate, que seguramente Rodrigo de Narváez quedará satisfecho de este modo.
Pero Abindarráez se niega y le dice que debe regresar, a lo que ella responde que "nunca Dios quiera que, yendo vos a ser preso, quede yo libre, pues no lo soy", decidiendo entonces marchar juntos a Álora. Por el camino topan con un hombre que les cuenta una historia para probar la honradez de Rodrigo de Narváez —la "historia de la dama de Antequera"— cómo Rodrigo deseaba a una dama casada y, cuando ella al fin se enamora de él, Rodrigo la rechaza al advertir que el enamoramiento de ella se debe a los elogios del marido, prefiriendo respetar la honra de este a satisfacer sus propios deseos.
Llegados de nuevo a poder de Rodrigo de Narváez, este intercede ante el rey de Granada para que el padre de Jarifa los perdone, él los deja marchar mostrando una vez más su magnanimidad inigualable.