• Asignatura: Castellano
  • Autor: dan227951
  • hace 4 años

ESPAÑOL-Escribe un párrafo sobre lo que este bello y aterrador relato tradicional nos quiere
transmitir.
LA MOJANA
(Texto recogido y recreado por la escritora cartagenera Judith porto de González)
—¿Y qué más, abuelita, y qué más?
—¡Jesús, niña! Por eso es por lo que tu madre te dice que no pases por el corredor que da al patio, ni bajes al
aljibe cuando comienzan a dibujarse las sombras de la noche…
—¿La Mojana viene a esa hora, abuelita?
—La Mojana, vestida de blanco, con uno de esos vestidos largos bordados en pedrerías que se usaban en su
tiempo, se sienta en el brocal del pozo y comienza a peinarse los largos y hermosos cabellos rubios, y dicen
que cuando pasa su peinilla de hueso humano por su dorada melena, parece que cada hebra fuera un hilo de
fuego, y es como una llamarada infernal la que provoca. Ese fuego tiene el poder de la atracción… No hagas
caso, ni hagas caso cuando sientas que con voz lastimera y dulce te llame, te diga: “Ven, ven acá, preciosa…
ven para peinarte tus rizos…” ¡Sus palabras son como un terrible imán! No hagas caso cuando te pregunte
si deseas tener el cabello como su dorada melena, porque…
—¿Por qué, abuelita? —pregunta angustiada la niña.
—¡Por Dios, hijita! ¡Qué no quiero ni pensarlo!... Te contaré… La Mojana me quitó a mi hijo cuando sólo
contaba diez años… A esa hora en que las sombras de la noche invaden todos los rincones del patio, donde
sólo se ve la luz fosforescente de los cocuyos y luciérnagas, y sólo y solo se oye el lúgubre croar de las
ranas y sapos, tuve un presentimiento al pasar por el corredor que da al patio… Me asomé al balcón...
—¿Y qué viste? -se sobresalta la niña, que escucha a los pies de la abuelita-. ¿Qué viste?
—Vi… vi a la Mojana con su túnica blanca… No podré olvidar jamás los destellos de su túnica bordada en
piedras… Estaba sentada en el brocal del pozo peinándose la dorada melena, y a la luz del resplandor de
sus cabellos pude ver su rostro dulce, lindo… La Mojana es muy bella… Ella fue la dueña de este caserón,
allá en los tiempos de la Colonia, cuando su esposo la mató de celos…
—¿Celos de qué, abuelita? ¿No lo quería?
—¡No, mi niña! Lo quería muchísimo… Pero, como madre al fin, quería aún más a su hijito… ¡Dicen que era
un chiquillo hermoso de siete años, y que la condesa, o sea la Mojana, lo adoraba con locura!... (Era gente
rica venida de España a esta Cartagena de Indias que era un emporio de las riquezas del Caribe…). ¡Decía…
que la condesa adoraba a su hijito con locura! —y bajando la voz agregó—: ¡Como toda madre quiere a su
hijo! La mató el conde de celos porque quería a su hijo más que a él… y ¿sabes?, en la hora en que él la
asesinaba de una puñalada, el hijo adorado de la condesa, que estaba asomado al borde del pozo para verse
reflejado en sus aguas claras y límpidas, al oír el grito que su madre emitió al recibir la horrible puñalada, cayó
dentro del pozo y se ahogó en seguida… Dicen que por eso la Mojana de esta casa se sienta en el pozo a
buscar a su hijo. Viene, y como no lo halla, llama a todos los niños que pasan cerca… y puesto que ninguno
es el suyo, los tira al fondo del pozo y dice: “¡Hacedle compañía…!”. Así, esa tarde que yo la vi, a poco rato
oí los gritos desgarradores de mi niño salir del fondo del pozo pidiendo socorro porque se ahogaba… Mas
llegamos tarde y lo encontramos muerto…
Por las mejillas arrugadas y cenicientas de la abuelita corren lágrimas furtivas.
—¿Lloras, abuelita?
—Lloro… lloro la pérdida de mi hijo, como la Mojana llora el suyo… pero no soy cruel como ella… Quizá no
sea sino el espíritu de la tragedia lo que flota sobre el pozo… Pero no pases por el patio a esa hora del
atardecer, mi niña, ni mires por el balcón…

Respuestas

Respuesta dada por: dluquecampos
2

ESPAÑOL-Escribe un párrafo sobre lo que este bello y aterrador relato tradicional nos quiere

transmitir.

LA MOJANA

(Texto recogido y recreado por la escritora cartagenera Judith porto de González)

—¿Y qué más, abuelita, y qué más?

—¡Jesús, niña! Por eso es por lo que tu madre te dice que no pases por el corredor que da al patio, ni bajes al

aljibe cuando comienzan a dibujarse las sombras de la noche…

—¿La Mojana viene a esa hora, abuelita?

—La Mojana, vestida de blanco, con uno de esos vestidos largos bordados en pedrerías que se usaban en su

tiempo, se sienta en el brocal del pozo y comienza a peinarse los largos y hermosos cabellos rubios, y dicen

que cuando pasa su peinilla de hueso humano por su dorada melena, parece que cada hebra fuera un hilo de

fuego, y es como una llamarada infernal la que provoca. Ese fuego tiene el poder de la atracción… No hagas

Respuesta:

sapaaaaatooo

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