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Las dos Fridas
Su génesis se encuentra en la O de Pinzón…
Como si fuera una ilusión óptica, la pintora Frida Kahlo se desdobla en esta obra mostrando una imagen de la compleja dualidad de su persona. La Frida casada y la Frida soltera conviven en un mismo tiempo y espacio en el cual, pasado y presente convergen en un mundo onírico. La parte psicológica y el simbolismo toma una gran transcendencia en todo el trabajo de Kahlo.
Las dos Fridas es un doble autorretrato en el que dos mujeres comparten el mismo asiento y sus rostros duplicados se muestran inexpresivos. Esa actitud de las mujeres contrasta con el fondo de amenazantes nubes, reflejo de los dolores físicos y emocionales que Frida Kahlo mantuvo prácticamente toda su vida. Las sombrías nubes contrastan con los vivos colores del resto de la composición; esto enfrenta al espectador con la amalgama de sentimientos encontrados de la pintora. Kahlo nos muestra a una de las Fridas cuando todavía estaba casada con el muralista Diego Rivera; esta luce un vestido tehuano de colores, signo reivindicativo de su nacionalidad mexicana y al amor por su marido. La Frida soltera viste un rico vestido de encaje blanco estilo europeo. Pese a tener los corazones totalmente expuestos, las dos mujeres se muestran tranquilas. Las dos Fridas tiene su génesis en una experiencia que la artista tuvo en su infancia. El diario de Frida Kahlo un íntimo autorretrato Kahlo lo explica así:
Y con un dedo dibujaba una puerta… Por esa puerta salía en la imaginación, con una gran alegría y urgencia, atravesaba todo el llano que se miraba hasta llegar a una lechería que se llamaba Pinzón…Por la O de Pinzón entraba y bajaba intempestiva mente al interior de la tierra, donde mi amiga imaginaria me esperaba siempre.
Uno de los elementos simbólicos que atrapa la atención en esta obra son las rojas arterias. Estas sirven de transfusión sanguínea, conectando y nutriendo a las dos mujeres. El intercambio de sangre, de corazón a corazón, es el alimento energético que las dos mujeres necesitan; el ingrediente vital para sobrellevar la soltería de una Frida y el apasionado pero atormentado matrimonio de la otra Frida. La imagen del retrato del niño-Diego que sostiene en la mano la Frida casada está conectado mediante un arteria al corazón. Sin embargo la arteria, que sale del corazón de la Frida europea, derrama sangre a causa de un corte de tijera, manchando el vestido blanco. Una acción que sirve de símbolo de la ruptura matrimonial y los diversos abortos de la artista Frida Kahlo.
Las dos Fridas recuerda, en la postura de sus personajes y en el fino simbolismo, a la maternidad del cuadro renacentista Gabrielle d’Estrées y su hermana. En la obra, Frida Kahlo hace una búsqueda de ese equilibrio necesario para sobrellevar su divorcio, el dolor físico que arrastrará toda su vida, debido a un accidente que tuvo a los dieciocho años, y el intenso dolor de una maternidad quedó interrumpida demasiadas ocasiones. Dolor que hizo de Frida Kahlo una de las artistas mas cotizadas e icono feminista del siglo XXI.