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Aquel Día, Emilia parecía que un espíritu se hubiera comido su alma. Estaba tan alegre, su energía jamas se agotaba, ella siempre era triste, alejada y siempre usaba un suéter que le cubría las rodillas; Esta mañana habia despertado totalmente cambiada, lucia una pijama de unicornio, jamas la había visto usando una pijama, así, ¡odiaba lo rosa!
No lo podía creer, saludaba, lavaba los platos, hasta se bañaba, nunca creí en el comportamiento de esa niña tan dulce, que a pesar de todo seguía siendo mi hija, iba correr a abrazarla, pero cuando la toque, se desvaneció, desperté de un sueño que raro, me enseño, que no importa que mi hija sea irritable e incapaz, peto siempre sera mi hija, ruda, triste y indecisa.
Thank U.
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