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Respuesta:
odos los hombres nacen libres e iguales?». Este es el preámbulo de la declaración de la independencia de los EE UU que también configura el primer artículo de la declaración de los derechos humanos de la ONU con la diferencia de que en esta última se dice seres humanos en lugar de hombres.
La idea de que todos somos iguales está en la base de la ley, que es la tecnología que el ser humano diseñó para organizar las relaciones entre todos nosotros. Por eso la justicia debe ser ciega.
Sin embargo, una sociedad que diera a todos exactamente las mismas oportunidades no sería igualitaria. Ocurriría que aquellos mejor dotados para aprovecharlas progresarían mientras los que por su constitución no supieran o no pudieran beneficiarse de ellas quedarían más o menos orillados, algunos condenados a la pobreza más extrema. Porque en un mundo ideal de igualdad serían los genes los que marcarían las diferencias. La igualdad se opone a la equidad. Equitativa es una sociedad que hace esfuerzos para compensar los déficits que por nacimiento o crianza tienen algunos y para moderar los beneficios que por las mismas razones tienen otros. El ejemplo más claro son los impuestos directos. Pagan más los que más ganan, cometiendo una aparente injusticia sobre ellos porque muchas veces son los que más se esfuerzan y más se arriesgan. A nadie le gusta que parte del fruto de su trabajo sirva para alimentar a los que puede considerarse vagos e indolentes. Hay un clamor contra el Estado de bienestar porque se dice cría y alimenta parásitos. Tampoco puede gustar ver cómo la Administración, creada precisamente para gestionar esos fondos y procurar el bien común, derrocha en inversiones inútiles o incluso perjudiciales.
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