Respuestas
Poco a poco y gracias al trabajo comunitario de frailes y escolares, para finales de siglo las lenguas generales de Mesoamérica contaban con gramáticas y vocabularios: náhuatl, purépecha, otomí, mixteco, zapoteco, maya yucateco, tzeltal y quiché.
Respuesta:
Search form
Buscar...
2-feb-2021
Lenguas y escrituras mesoamericanas
Personajes del mural del Tlalocan con vírgula de la palabra. Conjunto Tepantltla. Cultura teotlhuacana. Clásico Temprano. Teotlhuacan, estado de México. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces
Lenguas y escrituras mesoamericanas
Personajes del mural del Tlalocan con vírgula de la palabra. Conjunto Tepantltla. Cultura teotlhuacana. Clásico Temprano. Teotlhuacan, estado de México. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces
Lenguas y escrituras mesoamericanas
Personajes del mural del Tlalocan con vírgula de la palabra. Conjunto Tepantltla. Cultura teotlhuacana. Clásico Temprano. Teotlhuacan, estado de México. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces
MÉXICO ANTIGUO
LENGUAS Y ESCRITURAS MESOAMERICANAS
Ascensión Hernández de León-Portilla
La autora muestra el universo lingüístico a través de la lingüística descriptiva, la antropológica, las clasificaciones de las lenguas y glotocronología. Esto se complementa con breves reflexiones sobre las escrituras mesoamericanas.
El lenguaje es la primera manifestación de la conciencia en el ser humano: el recién nacido emite sonidos sin sentido, ruidos, pero pronto los moldea y los hace expresión de sentimientos, dolor, alegría... y al fin articula palabras. Con ellas se comunica, pero también juega, se divierte y se admira del mundo que lo rodea. En verdad, los niños tienen don de lenguas.
La aparición del lenguaje en la oscuridad de los tiempos es la gran creación humana, la que marca el comienzo del Homo sapiens. Cuan-do el hombre pudo construir palabras y compartirlas con sus semejantes creó una lengua, un sistema de expresión de lo que en su mente sucedía. Pudo comunicar su mundo interior, invisible, su logos, con el exterior, visible a través de la palabra. Desde entonces. lengua y logos viven juntos en armonía; son inseparables.
Con la lengua, el hombre crea espacios que lo individualizan, le dan identidad. Con ella edifica moradas, naciones, países y el mundo. Además, la lengua hablada, como sistema de signos, tiene la capacidad de generar otros sistemas de signos, en este caso, la escritura. De signo sonoro, intangible, por mandato del logos se transforma en signo sensible, visual, en imagen. La imagen nos lleva a la escritura y ella nos comunica "con los absentes y los que están por venir", como afirma Nebrija, en su Gramática de la lengua castellana (1492, cap. III). En suma, la escritura nos permite dispersar la palabra en el espacio y en el tiempo y abrir los secretos de pueblos y culturas. También, abrir los secretos de la propia lengua sometiéndola a un orden gramatical para atrapar en él su orden oculto y, asimismo, conocer la capacidad del lenguaje de manifestarse en múltiples lenguas.
El universo lingüístico mesoamericano: el arte de elaborar Artes
En 1523 se asentaron los primeros misioneros en la región central de México decididos a construir una nueva cristiandad. Después de ellos llegaron los Doce y, tras ellos, mu-chas "barcadas. Quizá nunca imaginaron el universo lingüístico que les esperaba, inmenso e intrincado. Pero una vez aquí, no dudaron en adentrarse en él y compartieron su mística de la fe con una nueva mística, la de las lenguas.