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insatisfacción
Cuando no es su causa, la principal consecuencia de la insatisfacción constante es la depresión. La persona comienza a sentirse triste la mayor parte del tiempo, a lo que se le une un sentimiento de indefensión, ya que no sabe qué hacer con su tristeza y malestar, además de pensar que lo que ocurre en su vida (consecuencias) no depende de ella. La presencia de apatía, anhedonia (incapacidad para sentir placer), y emociones similares, son características propias de este cuadro, y provocan que la persona haga cada vez menos cosas y que, por lo tanto, se sienta aún más insatisfecha consigo misma y con sus circunstancias vitales.
Otra de las grandes víctimas de la insatisfacción son las relaciones personales de quien la padece. Su carácter cambia, está amargado, no celebra los éxitos de los demás…, y ante su constante queja, los otros se cansan, se distancian, y el insatisfecho se queda y se siente solo, y diferente de los demás. También los aspectos laborales se ven afectados; algunos cambian constantemente de trabajo, de estudios, etcétera, buscando una opción que les satisfaga pero, lamentablemente, no la encuentran.
Este comportamiento puede reproducirse también en otras áreas de su vida, como es el caso de las relaciones sentimentales, porque es frecuente que no encuentren a una persona que cumpla con los requisitos exigidos por ellos y, si no les deja su pareja antes, son ellos mismos quienes rompen la relación, o la mantienen con una mala calidad.
Finalmente, otra de las complicaciones de la insatisfacción es el consumo de sustancias, con el objetivo de liberarse del malestar, evadirse de una realidad que no encuentran atractiva, o intentando buscar nuevas sensaciones.
Negatividad
Si la negatividad debilita el sistema inmunológico, la positividad lo fortalece, y aunque no fuera así, "no es mucho mejor para ti y para los de tu alrededor mantener un espíritu positivo".
Es cierto que muchas veces decimos que estamos mal porque esto o aquello nos sucede, bien a nosotros mismos o bien en nuestro entorno más cercano. La culpa es de terceros -personas o acontecimientos- y aunque lo que terceras personas o acontecimientos desagradables que nos suceden influyen en nuestro estado de ánimo (¡no somos de piedra!), me gusta mucho más cambiar el término culpa por el de responsabilidad. Aunque no lo creas, el efecto sobre uno mismo es distinto.
El término culpa está cargado de negatividad; el de responsabilidad no necesariamente. De mano pensar así ya supone un pequeño cambio que nos aleja de la negatividad y nos acerca a la positividad. Y ello, te brinda la oportunidad de actuar sobre tu propio estado, ya que el peso de la situación no recae fuera de ti por completo.
irritabilidad
Hay condiciones médicas, sorprendentemente numerosas, que se presentan con ira e irritabilidad como un efecto secundario» aseguró Helen Stokes-Lámpara, del Colegio Real de Médicos Generales del Reino Unido.
Tiroides hiperactiva .
Diabetes
Depresión
Alzheimer
Accidente cerebrovascular