Respuestas
Respuesta:
SEGUN LA BIBLIA
Explicación:
Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo».
27 Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
28 Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra».
Respuesta:
Al crear al hombre como varón y mujer, Dios quiso que el ser
humano se expresase de dos modos distintos y complementarios,
igualmente bellos y valiosos. Ciertamente, Dios ama tanto a la mujer como
al varón. Ha dado a ambos la inmensa dignidad de reflejar su imagen.1
¿Qué puede significar esto?
Lo característico de la imagen no consiste en lo que es
materialmente, por expresarlo de alguna manera. Óleo, lienzo y marco no
son esenciales. Lo fundamental de una imagen es que remite a otra cosa
que está más allá de ella. Cuando miro la imagen, reconozco a una persona
o a un paisaje representados en ella.
Así, el ser-imagen-de-Dios expresa que el hombre no está cerrado
en sí mismo. Remite a otro, a su Creador. Está en íntima conexión con
Dios, que entra en la historia a través de él. Si contemplamos el misterio
divino, podemos entrar en nuestro propio misterio.
Ser imagen del Dios del Amor
Dios se nos ha revelado como uno y trino. La Trinidad, podríamos
decir, es la vida interior, la misma intimidad de Dios. Esta vida interior es
un misterio de donación mutua y constante. La primera Persona se nos
muestra como “Padre”, como el “Gran Amante”. Su existencia consiste en
salir eternamente de sí mismo y darse a otro, al Hijo. El Padre es lo que es
por el Hijo. (No hay padre sin hijo.) Su “personalidad” se realiza en ser
Padre del Hijo: está en relación estrecha con otro, con el Hijo, por él, con él
y en él que existe. Asimismo, el Hijo es lo que es por el Padre. Su
“personalidad” consiste sencillamente en ser “Hijo”, en mirar al Padre, y en
corresponder permanentemente al amor que recibe de él. Es por el Padre,
con el Padre y en el Padre. Esta relación amorosa está abierta; en ella cabe
otro, caben otros. Nos lo muestra el Espíritu Santo, a quien algunos
teólogos llamaron el con-dilecto. El Espíritu es, misteriosamente, el mismo
Amor del Padre y del Hijo; procede de ambos como fruto de su donación
mutua. A la vez es el que hace posible la paternidad y la filiación. Por él,
con él y en él, el Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre. De este modo,
el Espíritu consume la unidad de las tres Personas divinas; y nos revela que
la esencia de Dios –su vida interior e íntima– es una comunión de amor.2
Explicación: