Detallar el problema ambiental sobre; La destrucción de la selva lacandona.
¿Cuál es el problema?
- ¿En qué lugar y cómo se originó?
- ¿Cuál es el impacto que hasta la fecha ha tenido esta situación?
- ¿Se pudo o puede evitar, cómo?
- ¿Qué acciones deberían plantearse para reducir el impacto?
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Advierten que la selva lacandona necesita ayuda urgenteAddThis Sharing Buttons2 por CRÓNICA / TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIS., 7 JUL (NOTIMEX) 2002-07-07 - 00:00:00 Actualización: 01:45:31El antropólogo e investigador belga Jan de Vos, considera que el problema de invasión de la Selva Lacandona y Reserva Integral de la Biósfera Montes Azules (RIBMA), constituye un riesgo que debe atenderse para evitar daños ambientales y sociales.
Mientras que hace medio siglo unas 500 personas habitaban en esa zona, ahora lo hacen cerca de 300 mil, y es muy difícil moverlas, el tiempo corre y es urgente empezar a enseñar a las familias a vivir de la selva y con la selva.
En entrevista con Notimex, señala que en la solución al problema que ha ocasionado un fuerte impacto ambiental, los gobiernos federal y estatal deberán dar un trato diferente a las comunidades asentadas antes y después de la creación de la Lacandona y RIBMA.
La reubicación, opina el antropólogo, sólo deberá darse en condiciones dignas, es decir, siempre y cuando los gobiernos les ofrezcan una buena alternativa, buenas tierras en otras partes, servicios de educación, salud, vivienda, agua, comunicación y programas sociales.
Los caribes (lacandones) que ahora sólo ponen su túnica blanca para fotografiarse, siempre han sido los privilegiados de los gobiernos, pero son los que se han preocupado más por el cuidado de los recursos naturales, agrega De Vos.
Ahora ya no son los 500 lacandones que hace más de 30 años recibieron las tierras de la Comunidad Lacandona, ahora, dentro de este territorio se encuentran miles de indígenas choles y tzeltales que viven en los grandes centros de población Frontera Corozal y Nueva Palestina.
De acuerdo con Jan de Vos, la invasión y destrucción "galopante" no se podrán resolver si no se combinan dos aspectos, y sí en cambio, hay el riesgo de ser reconocidos en la historia mundial como la generación que acabó con las selvas tropicales.
Para el investigador social, aún hay posibilidad de salvar lo que queda en este momento de bosques y selvas si se combina el problema de la naturaleza con el de la ocupación humana.
"Ya no es posible sacar a esa gente, lo que se puede ver como solución es que esta gente que llegó sin mucha preparación, de manera muy espontánea, que buscaba tierra para sobrevivir, hay que enseñarla de qué manera vivir de la selva y con la selva, no en la selva", expone el antropólogo de Bélgica.
En primer lugar, hay que rescatar la experiencia milenaria de los indígenas que vivían en las selvas tropicales, de varios lugares en México y en otros países, donde los antepasados sabían de qué manera vivir de la selva y con la selva, añade.
Asimismo, implementar todas las técnicas nuevas, los estudios de las ciencias para combinarlo con la experiencia milenaria, y empezar a vislumbrar y a planear un Sistema Mesoamericano de Desarrollo Sustentable.
Hay comunidades que están muy conscientes de que no pueden seguir destruyendo, sino que van a tener que empezar a vivir de la selva y con la selva, aplicando al mismo tiempo las aportaciones de los técnicos y científicos.
Jan de Vos sostiene que en las Cañadas de la Selva Lacandona hay algunas experiencias muy ricas, solamente que nos hemos olvidado de ellas, o nunca se nos llamó la atención.
Después del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, toda la atención se fue hacia ese fenómeno, pero antes del 1 de enero de ese año ya había en las cañadas muchas experiencias en ese sentido, los indígenas que viven en la selva están tratando de buscar alternativas para su sobrevivencia.
Afirma que los habitantes de La Lacandona, tanto los caribes como los choles y los tzeltales, apoyan la idea de sacar a todos los invasores de la Comunidad Lacandona y Reserva Integral de la Biósfera Montes Azules, pero realmente el asunto es muy complejo.
Los choles y tzeltales que viven en la Lacandona, que llegaron de fuera, no tienen experiencia milenaria de vivir de y con la selva, y el crecimiento poblacional hace más complicada la situación, de manera que los gobiernos deben dar un tratamiento en su justa dimensión, recomienda.
Mientras que hace medio siglo unas 500 personas habitaban en esa zona, ahora lo hacen cerca de 300 mil, y es muy difícil moverlas, el tiempo corre y es urgente empezar a enseñar a las familias a vivir de la selva y con la selva.
En entrevista con Notimex, señala que en la solución al problema que ha ocasionado un fuerte impacto ambiental, los gobiernos federal y estatal deberán dar un trato diferente a las comunidades asentadas antes y después de la creación de la Lacandona y RIBMA.
La reubicación, opina el antropólogo, sólo deberá darse en condiciones dignas, es decir, siempre y cuando los gobiernos les ofrezcan una buena alternativa, buenas tierras en otras partes, servicios de educación, salud, vivienda, agua, comunicación y programas sociales.
Los caribes (lacandones) que ahora sólo ponen su túnica blanca para fotografiarse, siempre han sido los privilegiados de los gobiernos, pero son los que se han preocupado más por el cuidado de los recursos naturales, agrega De Vos.
Ahora ya no son los 500 lacandones que hace más de 30 años recibieron las tierras de la Comunidad Lacandona, ahora, dentro de este territorio se encuentran miles de indígenas choles y tzeltales que viven en los grandes centros de población Frontera Corozal y Nueva Palestina.
De acuerdo con Jan de Vos, la invasión y destrucción "galopante" no se podrán resolver si no se combinan dos aspectos, y sí en cambio, hay el riesgo de ser reconocidos en la historia mundial como la generación que acabó con las selvas tropicales.
Para el investigador social, aún hay posibilidad de salvar lo que queda en este momento de bosques y selvas si se combina el problema de la naturaleza con el de la ocupación humana.
"Ya no es posible sacar a esa gente, lo que se puede ver como solución es que esta gente que llegó sin mucha preparación, de manera muy espontánea, que buscaba tierra para sobrevivir, hay que enseñarla de qué manera vivir de la selva y con la selva, no en la selva", expone el antropólogo de Bélgica.
En primer lugar, hay que rescatar la experiencia milenaria de los indígenas que vivían en las selvas tropicales, de varios lugares en México y en otros países, donde los antepasados sabían de qué manera vivir de la selva y con la selva, añade.
Asimismo, implementar todas las técnicas nuevas, los estudios de las ciencias para combinarlo con la experiencia milenaria, y empezar a vislumbrar y a planear un Sistema Mesoamericano de Desarrollo Sustentable.
Hay comunidades que están muy conscientes de que no pueden seguir destruyendo, sino que van a tener que empezar a vivir de la selva y con la selva, aplicando al mismo tiempo las aportaciones de los técnicos y científicos.
Jan de Vos sostiene que en las Cañadas de la Selva Lacandona hay algunas experiencias muy ricas, solamente que nos hemos olvidado de ellas, o nunca se nos llamó la atención.
Después del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, toda la atención se fue hacia ese fenómeno, pero antes del 1 de enero de ese año ya había en las cañadas muchas experiencias en ese sentido, los indígenas que viven en la selva están tratando de buscar alternativas para su sobrevivencia.
Afirma que los habitantes de La Lacandona, tanto los caribes como los choles y los tzeltales, apoyan la idea de sacar a todos los invasores de la Comunidad Lacandona y Reserva Integral de la Biósfera Montes Azules, pero realmente el asunto es muy complejo.
Los choles y tzeltales que viven en la Lacandona, que llegaron de fuera, no tienen experiencia milenaria de vivir de y con la selva, y el crecimiento poblacional hace más complicada la situación, de manera que los gobiernos deben dar un tratamiento en su justa dimensión, recomienda.
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