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Un saludo cordial a todos. Todos los que estamos aquí vamos en la misma barca. Todos sabemos hacia donde nos dirigimos. Y todos sabemos también quién lleva el timón de esta barca. Por eso, hay algo que nos une a todos nosotros, estamos como en familia: familia diocesana de Santiago. Y en familia siempre se está más a gusto y en confianza y esta es la impresión que yo tengo al estar delante de vosotros.
Me han encomendado a mi esta tarea de hacer una reflexión sobre la caridad, en este comienzo del curso pastoral; yo creo que me lo encomendaron por ser en este momento delegado de Cáritas Diocesana, pero también es cierto que, cualquiera de los que estáis aquí podéis hacer una reflexión sobre la caridad, tan bien, igual o mejor que yo, porque sobre la caridad todos hemos escuchado y hablado por activa y por pasiva. La teoría podemos decir la conocemos, en general, bastante bien , pero más que la teoría nos importa la práctica de la caridad.
Todos conocemos el refrán que dice: “una cosa es predicar y otra dar trigo”
Me permitís una pequeña experiencia mía a este respecto: estando yo de capellán de emigrantes españoles en la zona minera de Charleroi, en el sur de Bélgica, me llamó la atención al poco de llegar, una carta que encontré allí en la misión. Era una protesta que no sé si tenían razón o no, pero me causó impacto ver como finalizaba: en letras grandes, decía: “CARIDAD, CARIDAD QUE TANTO SE TE PREGONA Y QUE POCOS TE TOMAN EN SERIO”. Tomar en serio la caridad es lo que nos ocupa y preocupa.
Con todo vamos a hacer esta reflexión, probablemente diremos cosas ya conocidas, pero como somos olvidadizos, necesitamos recordar y revivir lo que muchas veces hemos escuchado para poder vivirlo y actualizarlo mejor.
“Y perseveraban en la enseñanza de los Apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado y los Apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.”Hasta aquí el texto bíblico.
Breve análisis del texto
o en el que narra de nuevo el testimonio de la vida de la comunidad (Hechos 4,32-37) que la caridad no es algo accidental o periférico en la vida de la comunidad cristiana sino elemento constitutivo de su identidad y signo de credibilidad en la misión de anunciar el Evangelio, de hacer presente con la fuerza del Espíritu el amor y la misericordia de Dios. La caridad provocaba admiración, los hacía creíbles y fiables. Tanto es así que como dirá (Hechos 5,1-11) intentar engañar en el campo de la caridad, como también ocurrió, es un pecado gravísimo, pues es mentir al Espíritu y matar la vida en el Espíritu. Es matar en nosotros la vida de Dios, porque Dios es Amor, es Caridad.
Explicación:
Espero que te sirva coronita plis