los lugares más contaminados del río de Amazonas
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La actividad petrolera está contaminando de manera generalizada las cabeceras de los ríos del Amazonas y modificando la composición química de sus aguas, según se desprende de un estudio reciente llevado a cabo por investigadores del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals y del Departamento de Sanidad y Anatomía Animales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), así como del International Institute of Social Studies de la Universidad Erasmus de Rotterdam (ISS-EUR), que ha cuantificado el impacto ambiental que los vertidos procedentes de la actividad extractiva llevan provocando en la zona desde haces tres décadas.
La investigación, publicada en la revista Environmental Pollution, forma parte de un amplio proyecto científico desarrollado por el ICTA-UAB y el ISS-EUR que analiza los preocupantes niveles de contaminación por petróleo existentes en una zona de la Amazonía peruana próxima a la frontera con Ecuador. “Aunque éramos conscientes que se estaba produciendo, no existía evidencia científica sobre el impacto ambiental de los vertidos petroleros en la zona. No se había podido cuantificar al tratarse de zonas muy remotas y de difícil acceso”, explica Antoni Rosell, investigador ICREA en el ICTA-UAB. Para llevar a cabo el estudio se han analizado datos de 2.951 muestras de agua superficial de cuatro ríos del Amazonas recogidas por agencias públicas peruanas y empresa petroleras entre los años 1987 y 2013.
Los resultados ponen de manifiesto la presencia en el agua de los ríos de niveles muy superiores a los habituales de cloruro, cromo, bario, plomo y cromo hexavalente, algunos de ellos compuestos muy contaminantes para el medio ambiente y peligrosos para la salud. La fuente de contaminación no son sólo los vertidos accidentales de petróleo sino, en mayor medida, el vertido habitual de las aguas de formación, extraídas de los yacimientos conjuntamente con el petróleo (ricas en metales pesados, hidrocarburos y sales). “Hasta ahora no se había valorado el impacto contaminante de las aguas de formación”, comenta Raúl Yusta, coautor del estudio.
Por cada barril de petróleo producido, las empresas extraen hasta 98 barriles de agua de formación que han sido vertidas directamente al suelo y a los ríos de la selva tropical de la amazonía norte peruana desde 1972 hasta 2009. Estas aguas de formación contienen niveles de cloruro 13.379 veces superiores a las aguas de los ríos amazónicos, mientras que los índices de cromo están multiplicados por 67, los de cadmio por 40, los de plomo por 31 y los de bario por 22.Respuesta:
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