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1. Crea una planilla con tus horarios y actividades actuales
De esta manera, podrás tener una imagen visual de en qué inviertes tu tiempo a diario. Ten en cuenta, de forma realista, el tiempo que usualmente utilizas para estar con tus amigos, familia, comer o dormir. Una vez que hayas generado la planilla, determina en qué momentos puedes introducir una hora de estudio. Recuerda que deben ser días y horarios que puedas respetar semana a semana, de forma consistente.
Si no quieres realizar este calendario a mano, hazlo en tu smartphone, computador o tablet.
2. Define bloques temporales para estudiar
Una vez que hayas identificados en qué momentos y días de la semana puedes estudiar, márcalos de forma detallada en tu calendario, preferentemente especificando qué materias estudiarás ese día. De esta manera siempre tendrás un recordatorio visual de cuándo debes hacerlo y no lo olvidarás.
3. Determina tus metas de estudio
Al comenzar cada semana, establece qué es lo que debes lograr en materia de estudio según cada asignatura. Si algún tema en particular te presenta dificultades o tienes un examen pronto, convierte esos aspectos en tu prioridad semanal. Si no se avecina ninguna evaluación importante, adelántate a los temas que se darán en clase para ir mejor preparado a las lecciones teóricas, pero de ningún modo te saltees tus sesiones de estudio.
4. Respétalo
Un plan de estudios solo sirve si es seguido de forma consistente. Si a lo largo del semestre encuentras que se te hace imposible seguirlo tal como lo planteaste en un principio, siéntete libre de actualizarlo de acuerdo a tus necesidades para no abandonarlo.
Es por esta razón que generar el plan de forma realista es esencial. Asegúrate de guardar tiempo para descansar, dedicarte a tus hobbies favoritos y realizar actividades sociales. La idea del plan no es esclavizarte ni aislarte de los demás. Del mismo modo, recuerda tomar pequeños descansos dentro de tus sesiones de estudio.
eso te ayuda