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1• De 1976 hasta hoy, el número de nacimientos ha disminuido un 42%, de 677 mil a 392 mil y la fecundidad ha caído un 53%, de 2,77 hijos por mujer a 1,31 en las mismas fechas. El menor descenso relativo de los nacimientos se explica por la evolución de la estructura por edades, que ha permitido amortiguar la fuerte disminución de la fecundidad. El efectivo medio de mujeres en edad fértil[1] aumentó de 1976 a 2009 en un 47%. Posteriormente ha descendido, debido al parón de la inmigración que fue seguido de emigración neta, de manera que, desde entonces, el número de nacimientos acentúa la disminución de la fecundidad (ver gráfico 1). Las proyecciones de Eurostat para España anticipan que este indicador seguirá disminuyendo hasta 2027 para después aumentar ligeramente, permaneciendo siempre por encima del valor de 1976. Sin las migraciones, las mujeres en edad fértil hubieran representado en 2017 un 21% menos que en 1976, y una clara tendencia a disminuir en el futuro.
En ausencia de inmigración, el número de nacimientos en 2017 hubiera sido de aproximadamente 283.000, unos 109.000 menos que los efectivamente registrados, el 28% del total de nacimientos, como mínimo. El impacto de la inmigración también incluye que la fecundidad de las mujeres extranjeras ha sido sistemáticamente superior a la de las españolas, aunque la diferencia tiende a estrecharse a medida que aumentan los años de residencia en nuestro país. Solo un flujo continuo de nuevos inmigrantes permitiría mantener el diferencial de fecundidad. El bajo nivel de fecundidad, inferior a la mayoría de los países de nuestro entorno, sigue siendo la principal característica de la demografía española.
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La coyuntura reciente
Ni la evolución del número de nacimientos ni de la fecundidad han sido continuas. En 1996, después de veinte años de caída, los nacimientos alcanzaron un mínimo de 363 mil, volviendo posteriormente a aumentar hasta los 520 mil en 2008. La causa de este cambio de tendencia a partir de 1998, es conocida: la llegada, en pocos años, de un número considerable de inmigrantes hizo aumentar el número de mujeres en edad fértil que, además mostraban una fecundidad netamente superior a la de las españolas de origen. Al mismo tiempo, la buena coyuntura económica, animó a un cierto número de españolas a tener los hijos que habían renunciado a traer al mundo unos años antes.
Un discurso alarmista sobre el futuro, basado en la baja fecundidad actual, solo puede ser interesado y a él se agarran los que, por todos los medios, pretenden justificar recortes en nuestro estado de bienestar y, en particular, en las pensiones.
Desde 2008, la disminución del número de nacimientos ha sido continua, reflejo de los efectos devastadores de la crisis, por una parte y, por otra, de la casi nula incidencia de la llamada recuperación, desde 2013
2•la mujeres tienen problemas
3•si
4• por qué la población está en crisis