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SACRIFICIOS PEREGRINOS
Resumen
Entre lo sagrado y lo profano, entre la ilusoria representación de lo que destruye y renueva se encuentra el hombre. Ese que se sacrifica por un orden requerido y aparente de una experiencia con lo divino. Trata de arrebatar del mundo el sentido primordial de una realidad, pero no de cualquiera, sino de una que se encuentra trastocada por la proyección simbólica de aquello que estamos dispuestos a ofrecer. El acto del sacrificio implica, entre otras cosas, el recorrido peregrino de la pura experiencia con lo sagrado. Es la vía de trascendencia del sentido de dar y abandonarse en la entrega de todo. Así, una y otra vez, el hombre se bifurca en sacrificador-sacrificio, ante la utopía de una asepsia de su propio ser.
Abstract
Between the sacred and the profane, between the illusory representation of what destroys and renews is man. That which is sacrificed for a required and apparent order of an experience with the divine. Try to take away from the world the primordial sense of a reality, but not of anyone, but of one that is disrupted by the symbolic projection of what we are willing to offer. The act of sacrifice implies, among other things, the pilgrim journey of pure experience with the sacred. It is the way of transcendence of the sense of giving and abandoning in the delivery of everything. Thus, again and again, man forks in a sacrifice-sacrifice, before the utopia of an asepsis of his own being.
El camino ritual: un viaje de fe
Un largo camino y el sol a cuestas. Algunos avanzan y poco a poco sus pies comienzan a sangrar. Otros van de rodillas y pareciera que están ya destrozadas por las piedras y el suelo caliente. Llevan ofrendas, llevan cantos y rezos. Se cree que el fin justifica las súplicas y el dolor. Van a pedir, algunos a agradecer; todos dejarán algo de ellos mismos. Ese es el propósito: entregarse para volver renovados, vivos o muertos, pero diferentes. Peregrinar es un viaje que tiene por destino un lugar sagrado en honor a la deidad que en él se profese. El recorrido siempre implica sacrificio. Es un acto devoto que permite la conexión con lo venerable. Durante el trayecto se reflexiona sobre la realidad que se va experimentando. En ocasiones se realiza por mera devoción y para dar continuidad a sus creencias “porque en su familia se acostumbra”. En otros casos se realiza para pedir algo, un favor, una gracia; otras para agradecer milagros, incluso, hay quienes van como forma de expiación a sus pecados personales o de algún miembro familiar, peregrinan para que se perdone al otro. Cualquiera que sea el motivo todos confluyen en el camino. Y así llega el peregrino, participa de la celebración dispuesta en el templo y con ello sigue su proceso de purificación. Al término del ritual debe dejar algo más que su presencia, debe entregar un objeto inmanente como prueba de fe y gratitud.
La importancia radica en que el peregrino debe ir abierto al sacrificio y dispuesto al encuentro con lo sagrado, pues no sólo se trata de recorrer figurativamente un espacio terrenal y ahora celestial, sino de dejar constancia de una cosmovisión que lo funda. Durante el ritual, en su mayoría colectivos —aunque hay individuales—, el peregrino se va creando conciencia de su posición, a sabiendas de que va a entregarse por completo, que va a abandonarse y a aceptar los límites de la realidad que se le presente y a la cual va a reclamar en la intimidad de sí mismo.