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Respuesta:
fue demasiado tarde para ayudarla
Trabajaba en una centralita de emergencias médicas cuando me pasó esta historia. Alrededor de las tres de la madrugada nos llamó una señora mayor diciendo que no se encontraba bien. Intenté obtener más información de los síntomas como indica el protocolo, pero ella solo me decía «es que no me encuentro bien, ¿puedes mandar a alguien para que me ayude?» Me dio su dirección y su número, y me dijo que no había nadie en casa, pero que la puerta estaba abierta, así que podían entrar los médicos. Al cabo de un minuto me dijo que se iba al baño y que dejaba el teléfono un momento, yo le pedí que antes me contara qué le ocurría exactamente mientras le mandábamos una ambulancia. Me repitió que se iba al baño un minuto, y no la volví a oír más.
espero que te ayude :D
NUNCA ENCIENDAS LA LUZ
Era una noche tranquila en los dormitorios de la universidad de Virginia, Estados Unidos, cuando una joven llegaba de una fiesta que terminó a las tres de la madrugada. Por cortesía, y gracias a que su compañera de cuarto era muy estudiosa a la vez de delicada en sus horas de sueño, dejó la luz apagada cuando se adentró en la estancia, se cambió de ropa y fue directo a la cama, con la esperanza de que en el examen del día siguiente no le fuera tan mal como esperaba.
Cuando la alarma de la joven sonó a las siete de la mañana y abrió sus ojos, un grito desgarrador salió de su boca cuando divisó lo que antes había sido el cuerpo de su amiga regado por toda la habitación en charcos enormes de sangre y viseras. Los brazos en un extremo del piso, las piernas en el escritorio, y el rostro desprendido del cráneo encima de la almohada ensangrentada hasta más no poder. El mórbido y horrido escenario quedó concluido cuando la joven se desmayó al leer unas palabras escritas en la puerta con la sangre de su amiga:
“¿NO TE ALEGRA NO HABER ENCENDIDO LA LUZ?»