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Respuesta:
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Explicación:
El Imperio incaico, Incanato o Tahuantinsuyu se expandió por el noroeste de Argentina al menos medio siglo antes de la conquista del Perú por el español Francisco Pizarro. Según las crónicas históricas el inca Túpac Yupanqui ingresó con su ejército al actual territorio de Argentina en 1479 y lo incorporó al Collasuyo, esto sin embargo, contradice las dataciones arqueológicas que señalan la fecha en torno a 1450. El dominio incaico en la región llegó formalmente a su fin con la expedición a Chile en 1535 del español Diego de Almagro, a quien el emperador Carlos I de España le había adjudicado la gobernación de Nueva Toledo en 1534. La presencia inca dejó numerosos topónimos en Argentina.
El Imperio incaico, Incanato o Tahuantinsuyu se expandió por el noroeste de Argentina al menos medio siglo antes de la conquista del Perú por el español Francisco Pizarro. Según las crónicas históricas el inca Túpac Yupanqui ingresó con su ejército al actual territorio de Argentina en 1479 y lo incorporó al Collasuyo, esto sin embargo, contradice las dataciones arqueológicas que señalan la fecha en torno a 1450. El dominio incaico en la región llegó formalmente a su fin con la expedición a Chile en 1535 del español Diego de Almagro, a quien el emperador Carlos I de España le había adjudicado la gobernación de Nueva Toledo en 1534. La presencia inca dejó numerosos topónimos en Argentina.
Los incas utilizaron construcciones preexistentes, pero también construyeron centros agrícolas y de producción de tejidos, asentamientos, depósitos (collcas), postas (tambos), fortalezas (pucarás) y numerosos santuarios en lo alto de las montañas en donde realizaban sacrificios humanos, especialmente de jovencitas y de niños tal como lo demuestran las momias de Llullaillaco. Entre esos santuarios de altura han sido identificados enterratorios en los cerros Chañi (a 5900 msnm), Chuscha (a 5200 msnm), El Toro (a 6150 msnm), Quehuar (a 6100 msnm), Aconcagua (a 5300 msnm en la Pirámide del Aconcagua) y Llullaillaco (a 6720 msnm).[20]
En Argentina los investigadores han localizado numerosos sitios incaicos. Entre los establecimientos incaicos en ruinas más importantes en Argentina, se encuentran el Potrero de Payogasta en Salta, la Tambería del Inca en La Rioja, el pucará de Aconquija y el Shincal de Londres, ambos en Catamarca, el pucará de Tilcara en Jujuy y las ruinas de Quilmes en Tucumán, la mayoría de las cuales eran preincaicos y fueron organizados en una red urbana dentro de su imperio, estableciendo en ellos puestos de control militar.