Respuestas
Descendiente de una acaudalada familia que le pudo brindar una esmerada educación, cursó estudios en el Colegio de San Carlos de Buenos Aires. Desde la adolescencia manifestó una clara vocación militar y desde los 14 años sirvió en el regimiento de infantería de su ciudad natal. Participó luego en la defensa del Río de la Plata contra la invasión inglesa. Liniers le nombró en 1807 su ayudante y teniente de su escolta de granaderos.
Al morir su padre en 1808 regresó a Salta para hacerse cargo del patrimonio familiar. Abrazó luego el movimiento independentista de 1810 y formó un grupo de caballería con el que se situó en Humahuaca, con objeto de interponer una fuerza patriota entre las filas realistas del Alto Perú y del Río de la Plata. Combatió en las batallas de Cotagaita y Suipacha, pero tuvo divergencias con Juan José Castelli y volvió a Salta.
Tras la derrota de Guaqui en 1811, protegió la retirada de Pueyrredón, lo que le valió alguna popularidad. Manuel Belgrano, que sería luego su amigo, le mandó a Buenos Aires. Asistió al cerco de Montevideo hasta fines de 1813 y ascendió a teniente coronel. Entonces fue enviado con una expedición en socorro del ejército del norte, derrotado por Pezuela en 1813. Volvió a Salta y reclutó campesinos con los que formó un ejército. En enero de 1814 el general realista Ramírez de Orozco ocupó Jujuy, pero Güemes llegó hasta allí y logró contener el avance, regresando los españoles nuevamente al Alto Perú en agosto del mismo año.
Güemes fue elegido gobernador de Salta en 1815 y realizó entonces una reorganización defensiva del territorio. Declaró a toda la población en Asamblea y adoptó como tipo de organización militar las partidas guerrilleras: cada veinte o treinta vecinos constituían una partida a cargo de un oficial, que dirigía los ejercicios militares. Sus unidades más efectivas eran las de caballería, compuestas por auténticos gauchos. Eran grupos armados que se movían continuamente a caballo, sin apearse apenas, y que resultaron formidables para romper y destrozar las fuerzas realistas, compuestas fundamentalmente de infantería e integradas por indios. La caballería de Güemes practicaba la guerra de guerrillas con contundente eficacia. Los gauchos salteños lograron evitar varias veces que las tropas realistas avanzaran desde el Alto Perú hacia la región rioplatense.
Mientras tanto, Rondeau había fracasado en la tercera incursión argentina al Alto Perú. Tras la derrota de Viluma (1815) y, sobre todo, después de la de Sipe Sipe (28 de noviembre de 1815), los españoles se lanzaron de nuevo a la conquista del Río de la Plata. El virrey Pezuela había delegado el mando en José de la Serna, que recibió la orden de invasión en un momento muy favorable para la restauración del poderío español en toda América. La situación para las tropas patriotas era dramática y Buenos Aires temió una catástrofe.